Chile: 50 años del golpe de Estado y la muerte de Allende
El 11 de septiembre de 1973 Chile vivió uno de los episodios más oscuros de su historia. El general Augusto Pinochet decidió dar un golpe de Estado y el gobernante izquierdista Salvador Allende se suicidó.
Augusto Pinochet escolta al nuevo presidente Salvador Allende en su camino a la catedral en Santiago, el 4 de noviembre de 1970.
Thomas Billhardt /EFE
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Cuando se cumplen 50 años de uno de los acontecimientos más duros de Chile, el mundo entero recuerda cómo el general Augusto Pinochet tomó el poder por la fuerza, provocando un cisma en un país que perdura hasta la actualidad.
Se trata de uno de los capítulos más agridulces en la democracia de América Latina, puesto que hay quienes aplauden las reformas económicas emprendidas por Pinochet, pero también los que recuerdan los asesinatos arbitrarios, las torturas y represión militar.
Aquel día, el 11 de septiembre de 1973, el grueso de las Fuerzas Armadas chilenas decidió sublevarse contra el Gobierno del izquierdista Salvador Allende, dando paso a un régimen que estuvo al frente de Chile hasta 1990.
La izquierda no creyó en Allende
La mayoría de los mandatarios de izquierda de la región asistirán el lunes a los actos conmemorativos por el 50.º aniversario del golpe de Estado contra Salvador Allende.
Hoy Allende es referente para el progresismo mundial, pero fue incomprendido en la década de 1970, cuando en Latinoamérica se defendía principalmente la revolución socialista armada.
"La trayectoria de Allende como primer presidente socialista electo democráticamente le da un significado que trasciende el tiempo y las fronteras", señala Simón Rubiños, del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica de Argentina (Celag).
La gran apuesta de Allende fue la llamada "vía chilena al socialismo", una fórmula que buscaba cambiar el modelo a través de la institucionalidad y la democracia, y que no creía en la lucha armada.
Sin embargo, según otro académico citado por la agencia EFE, Carlos Malamud, "la vía chilena al socialismo no fue seguida por nadie" en Latinoamérica.
"Lo dejaron solo y la solidaridad con él, el pueblo y el proyecto chileno fue un gran acto de retórica".
Carlos Malamud, profesor del Real Instituto Lascano en Madrid.
En la misma línea, Ascanio Cavallo, periodista y autor del ensayo "Golpe", apunta que "la muerte de Allende fue un gran shock en la región, más que su 'vía chilena al socialismo', en la que gran parte de la izquierda nunca creyó".
La 'sombra' de la CIA
La misma mañana de hace 50 años en que el palacio chileno de La Moneda fue bombardeado con Salvador Allende atrincherado en su interior, el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, ojeaba en la Casa Blanca un documento elaborado por la CIA bajo el título "Chile".
Los servicios de inteligencia le informaron a Nixon de que los militares chilenos estaban "decididos a restaurar el orden político y económico".
Solo tres días antes, el 8 de septiembre, la CIA había avisado en otro informe para el presidente republicano la posibilidad de que pronto hubiera un "intento de golpe" en Chile.
Ambos documentos han sido parcialmente desclasificados por la administración de Joe Biden como un gesto de buena voluntad hacia el gobierno del progresista, Gabriel Boric, en los 50 años del golpe de Estado.
El embajador chileno en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés, fue quien solicitó la publicación de esos informes para conocer "lo que el presidente Nixon vio en su escritorio en la mañana del golpe militar".
"Hay detalles que nos interesan, son importantes para poder reconstituir nuestra propia historia".
Juan Gabriel Valdéz, embajador chileno en Estados Unidos.
¿Suicido o asesinato?
Pese a la exhumación y a la sentencia del Supremo chileno que estableció que Allende se suicidó en La Moneda antes de ser alcanzado por las tropas de Pinochet, una parte de la izquierda latinoamericana sigue defendiendo que fue asesinado por los golpistas.
El último en hacerlo fue el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien durante el anuncio de su viaje a Chile calificó la muerte del expresidente de "crimen vil".
Según el director del Instituto de Ciencia Política, Hernán Echavarría Olózaga, en Colombia, Carlos Augusto Chacón, esta tesis busca "convertir a Allende en un héroe y tratar de demostrar que la única forma que tiene la derecha de deponer a los líderes de izquierda es asesinándolos".
Además, Chacón asegura que Allende no fue un presidente que llegó al poder "con un gran mandato popular", y en realidad "fue el Congreso el que le dio la Presidencia".
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