Calle Panamá: La inseguridad desnuda crisis e impulsa plan en distrito gastronómico de Guayaquil
Los negocios de la calle Panamá, en el centro de Guayaquil, registran una disminución de ventas de hasta el 50% en lo que va de 2024. La percepción de inseguridad general, la falta de promoción turística y de actividades, o el toque de queda, están entre los problemas.
El Museo del Cacao, en la intersección con Imbabura, un icono de la Calle Panamá, en el centro de Guayaquil.
PRIMICIAS
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La ampliación de veredas en la calle Panamá, en el centro turístico de Guayaquil, se ejecutó en 2014 en un proyecto que tenía como fin hacer de la antigua vía cacaotera de la ciudad una zona peatonal. Pero por años, ese corredor permaneció desolado y subutilizado.
Tuvo que pasar casi una década y una pandemia para que tres de las 10 cuadras del paseo que corre en paralelo al Malecón -una calle atrás- alcance una nueva vitalidad. Todo luego de décadas de debate e iniciativas sobre la recuperación del casco central de Guayaquil.
Ahora está en riesgo ese naciente distrito gastronómico y turístico, levantado primero gracias a iniciativa privada; y, luego, al acompañamiento municipal. Los negocios reportan este año una caída de ventas del 50%, tras los atentados terroristas del 9 de enero.
La crisis de seguridad, el toque de queda tras la declaratoria de estado de excepción y el conflicto interno, desnudaron una serie de problemas, que no solo pasan por la inseguridad. Mientras tanto, surgen nuevas propuestas de intervención en el centro.
El chef Wladimir Castro, del restaurante La Veredita, lo atribuye también a la falta de eventos y promoción turística en la zona. Y señala que con el cambio de administración municipal, en mayo de 2023, fue decayendo el nivel de acompañamiento del gobierno local.
De hecho, el alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez -quien recibió la ciudad con un déficit de casi USD 100 millones-, anunció el 22 de febrero que la Empresa Pública Municipal de Turismo entrará en liquidación. La entidad manejaba un presupuesto de USD 6 millones.
El objetivo es achicar la nómina, pues el personal de la empresa de turismo representa USD 1.600.000 al año, según el alcalde.
"La Dirección de Eventos tendrá una coordinación de Turismo con un presupuesto más focalizado. Buscamos que haya inversión de forma directa a proyectos y programas".
Aquiles Alvarez, alcalde de Guayaquil.
Ahora será la Dirección de Eventos Especiales y Promoción Cívica y Turismo la que trabajará con los hoteleros, con la Cámara de Turismo de Guayas y el Ministerio de Turismo.
Los problemas de la Calle Panamá
Tras una visita al alcalde, el Ministerio de Turismo reveló que entre el 9 de enero y el 31 de enero de 2024 se reportó una caída del 41% de los arribos internacionales a Guayaquil. Y se prevé aumentar 40 nuevos efectivos a la Policía Turística de la ciudad.
Castro, de La Veredita, dice que la combinación de la crisis de seguridad y la falta de eventos de promoción (ferias y actividades artísticas) le han costado al restaurante el 50% de sus ingresos, respecto a 2023.
“Esto también nos está costando plazas de trabajo. Hasta el año pasado éramos 11 personas en la cocina y ahora somos seis. Mientras que de ocho meseros quedan cuatro", dijo el cocinero. “Se han dejado de organizar eventos que atraen al público”, agregó.
El restaurante, que incluye platillos de cocina molecular, abrió a inicios de 2019, cuando solo había cuatro locales en la esquina de la Calle Panamá y Luzárraga. Tras la pandemia, el sector se revitalizó y los negocios se expandieron una calle más allá, hasta Imbabura.
La municipalidad convirtió en peatonales las dos calles transversales, convertidas ahora en plazoletas con murales, teatrinos y un área de juegos infantiles. Entre 2021 y 2022 el número de cafés y restaurantes aumentó a casi 40 negocios.
Ahora quedan 32 locales en la calle Panamá. De hecho, el Café La Mula Ciega cerró su punto de venta en el sector el 11 de febrero y el temor es que otros locales sigan el mismo camino.
Ximena de Escobar, copropietaria del restaurante Puerto Ancla, trajo desde el cantón Milagro (Guayas) una sucursal de su negocio original -El Ancla- a la calle Panamá, en diciembre pasado. Pero hasta ahora no se han cumplido las expectativas del negocio.
De hecho, han tenido que reducir personal. Y de los siete empleados iniciales quedan tres. Allí consideran también cerrar si la situación no mejora en tres meses.
Ella señala como otro problema la falta de parqueos privados en la noche en un sector céntrico que se rige por horarios de oficina. La especialidad del local son los mariscos.
Respecto a la eliminación de la Empresa Pública Municipal de Turismo, Ximena considera que se requiere de una figura como la de Gloria Gallardo, la antigua presidenta de la entidad, para que promueva y sirva de envión al sector turístico de la ciudad.
Un puntal de experimentación y excelencia
La calle Panamá se ha convertido además en un lugar propicio para la excelencia y la experimentación gastronómica, con variedad de oferta culinaria y coctelería de autor como la del bar Nicanor.
El bar de cócteles Juliana, que se ubica en el tercer piso del Museo del Cacao (Panamá e Imbabura), recibió en 2022 el premio al mejor menú de cócteles en el World’s 50 Best Bars y en enero de 2024 fue incluido en el ranking 50 Best Discovery.
Mientras que restaurantes como La Central, uno de los que impulsó el crecimiento de la calle Panamá en sus inicios, se ha ganado también el reconocimiento de la ciudad, gracias a la reinterpretación de los ingredientes y de la tradición de la comida local.
Una delegación del Municipio de Guayaquil organizó el pasado lunes 26 de febrero una reunión con propietarios de locales. Y PRIMICIAS constató que el miércoles 28 otro grupo municipal visitó la zona para implementar mejoras.
Fernanda Cepeda, cofundadora de La Central, coincidió en que la contracción de las ventas es mayor en este inicio de año, en un trimestre que de por sí es “temporada baja”. Las vacaciones escolares en la Costa propician la salida de familias a otros destinos, explicó.
“Contamos con seguridad privada, con seguridad municipal, tenemos rondas de la Policía turística. Esta siempre ha sido una zona tranquila y segura, pero estamos en el centro, que es un barrio estigmatizado en materia de seguridad”, dijo Cepeda.
La Calle Panamá ya mostró su resiliencia en la pandemia y ella confía en que vuelva a superar este trance.
“Con el municipio estamos trabajando en reactivar eventos, tenemos teatrinos que se pueden utilizar para que haya teatro, actividades artísticas, ferias de vegetales y de emprendimientos los fines de semana”, agregó Cepeda.
Hacia del barrio del Puente
Agustín Febres-Cordero, socio del bar Juliana, aborda el plan Zona Segura un proyecto que busca mejorar la seguridad y que ha sido discutido con representantes del municipio.
Él destacó la apertura del municipio a la iniciativa, de su autoría, que incluye más cámaras de seguridad y presencia policial en las calles Juan Montalvo y Thomas Martínez, los principales accesos al sector de los vehículos que se trasladan desde el norte de la ciudad.
Y es que Febres-Cordero coincide en que el problema con la percepción de inseguridad ni siquiera es de la calle Panamá, en general bastante segura, sino de zonas solitarias del centro por las noches, o los fines de semana, que hay que atravesar para llegar al sector.
Se trata de la iniciativa base que debe contar en su momento con un plan de comunicación, dijo. Además de la promoción de eventos, tras el ‘boom’ del sector en 2022, él propone la activación de espacios y decoración para hacer más atractiva la calle de día y de noche.
Pero el proyecto integral que Febres-Cordero presentó en su cuenta de X es el del barrio del Puente, por el puente de madera de las 800 varas que en la colonia -hasta 1774- conectó a Ciudad Vieja (Cerro Santa Ana) y Ciudad Nueva (actual centro).
Ese "barrio" ya no solo abarcaría tres manzanas, el ámbito actual de la calle Panamá.
La zona contempla 23 manzanas, del Malecón hasta la calle Córdova, cuna de un festival gastronómico por las fiestas de la ciudad; de Loja (con su mercado artesanal) hasta 9 de Octubre, donde se encuentra MZ14, el edificio patrimonial de la Universidad de Las Artes.
En ese perímetro también funciona la Zona Rosa de bares y discotecas, que también se revitalizó tras la pandemia, ahora golpeada de nuevo por el toque de queda.
El sueño del empresario incluye una mejora progresiva de fachadas como ya se hizo con un cuartel de bomberos y la diversificación de los comercios del sector.
En la cautivante calle Panamá, en un sector que concentró la bohemia de la ciudad en los años 90, anhelan no solo con restaurar todo el esplendor del lugar, sino expandirlo hacia algo más que un distrito meramente culinario.
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