El toque de queda adormece el negocio de bares y discotecas
La Asociación de Centros Nocturnos del Guayas informó que la mayoría de sus afiliados decidió mantener cerrados sus locales en el primer fin de semana con toque de queda. Negocios que abrieron el jueves reportaron ventas menores al 10% de lo habitual.
Los restaurantes y bares de Puerto Santa lucieron con poco público la noche del jueves 11 de enero del 2024, en zona céntrica de Guayaquil.
PRIMICIAS
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Debido a posibles amenazas y al "temor persistente" tras las incursiones terroristas del martes 9 de enero en la ciudad, la mayor parte de los bares y discotecas de Guayaquil decidió cerrar sus puertas en el primer fin de semana con toque de queda nocturno.
Patricio Pareja, presidente de la Asociación de Centros Nocturnos del Guayas, aseguró que la mayoría de los afiliados se tomó un compás de espera de una semana y mantiene cerradas sus puertas, entre el jueves 11 y el sábado 13 de enero de 2024.
El estado de excepción de 60 días deja poco margen al sector, pues limita la vida nocturna entre las 23:00 y 5:00, horario en el que está restringida la libre circulación en todo el país.
Mientras que bares y discotecas que abrieron sus puertas la noche de este jueves, hasta las 22:30, reportaron escasa clientela y ventas menores al 10% de lo habitual, según constató un equipo de PRIMICIAS en un recorrido.
Pareja indicó que los negocios esperan que en 15 días el Gobierno Nacional pueda evaluar el horario de toque de queda, a fin de que bares y discotecas puedan laborar al menos hasta la 01:00, desde Carnaval.
Tras el covid-19, un 50% de los centros de diversión nocturna desaparecieron en la ciudad. Pero, en el último año, el sector había comenzado a recuperarse con la aparición de una docena de nuevos negocios, sobre todo en la Kennedy, Urdesa (norte) y en la Zona Rosa (centro), dijo Pareja.
“Todo estaba mejorando; la Zona Rosa comenzó a llenarse de nuevos locales, pero el toque de queda frena todo este proceso de reactivación”, apuntó Pareja. La Asociación de Centros Nocturnos del Guayas cuenta con 182 afiliados en la provincia y unos 80 en Guayaquil.
Bares y restaurantes, con pocos clientes
En sectores como Miraflores y Urdesa, en el norte de la ciudad, incluso los restaurantes lucieron con escaso público la noche del pasado jueves. La mayoría cerraron la tarde del martes tras los incidentes violentos en la ciudad y permanecieron cerrados el miércoles.
Iván Macías, parrillero de un restaurante de asados de Miraflores, tenía tiempo para conversar. Solo dos mesas del local estaban ocupadas.
“Estamos trabajando más para domicilios; habitualmente cerramos a medianoche, ahora estamos solo hasta las nueve”, dijo el parrillero. “La gente que viene a comer de noche también es la que se va de farra, todo influye”.
En Frutabar de Urdesa abrieron para atender cuatro mesas en una noche, ni el 10% de lo habitual. “El teletrabajo limita también que la gente venga a tomarse algo después de laborar”, indicó Jestín Orellana, dependiente del local.
Una situación similar se vivía en el cercano bar El Manantial, de Urdesa, que abre por estos días hasta las 22:00.
En Puerto Santa Ana (en la zona céntrica de la ciudad), un contingente de ocho policías motorizados resguarda de forma permanente la actividad de más de una docena de bares y restaurantes.
La zona a orillas del río Guayas lucía más animada, pero se trata de un sector que se abarrota los fines de semana, por lo que la afluencia de público era del 10% de un jueves promedio, según coincidieron empleados de los negocios.
Mientras que, en la Zona Rosa, también en el centro, uno de los pocos bares abiertos era Nicanor, que tiene dos años funcionando en los bajos de una casona antigua en las calles Luzarraga y Pedro Carbo.
En Nicanor solo atendieron una mesa en la noche, hasta las 22:00. “Tenemos que persistir, hay que sostener costos fijos que no vamos a cubrir si nos quedamos en casa”, dijo Andrés Damerval, el administrador.
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