Economía y Desarrollo
El Yasuní y los desafíos después de la consulta
Doctor en Economía, máster en Economía del Desarrollo y en Política Pública. Director general académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
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En la consulta popular del 20 de agosto de 2013, el 58,95% de los votos válidos se pronunciaron por dejar el crudo del bloque 43 – ITT debajo del subsuelo de manera indefinida.
Este resultado marca un hito para un país petrolero. La mayoría de la población plantea la necesidad de un cambio de modelo, generando un desafío con varias implicaciones, que deben pensarse más allá del Yasuní.
En primer lugar, está el desafío institucional de ejecutar la decisión. Si bien aún no se han oficializado los resultados, no existe un plan para detener la extracción y desmontar las infraestructuras y equipos que ya están en operación.
Incluso se conoce que continúan los planes de perforación de nuevos pozos en la zona, y el ministro del sector ha señalado que no detendrán la explotación.
El nuevo gobierno debe llegar con claridad a ejecutar la voluntad de la mayoría de las personas, en respeto a la democracia, el ambiente y los pueblos no contactados
Al final, fue una decisión ética que se debe cumplir, pero que trae otros impactos que deben ser considerados responsablemente.
En las provincias de Orellana y Sucumbíos, ganó la opción de extraer el crudo con el 57,99% y 51,59% respectivamente. En estas provincias se encuentra la extracción de crudo, y sus economías y fuente de empleo dependen en gran medida de esta actividad.
La extracción de petróleo, gas y servicios relacionados que a escala nacional representa el 4% de la producción bruta, para el caso de la provincia de Orellana representa el 87%, y en Sucumbíos el 48%.
Otro desafío es la reconversión productiva y del empleo de todo el país, y de manera particular en estas provincias. Fomentar servicios e industrias sostenibles, de bioeconomía, requiere políticas productivas que deben ser definidas con urgencia y con participación de los sectores privado y comunitario.
En términos fiscales, los ingresos petroleros netos en 2022 fueron de USD 4.170 millones. Se estima que dejar de extraer el crudo del bloque 43 representaría una reducción de entre USD 200 y USD 400 millones al año.
El impacto es menor al que señalaban las autoridades del sector, pero no deja de ser importante.
Salir del extractivismo demanda un nuevo pacto fiscal. Se deben revisar los subsidios y otros beneficios fiscales, para compensar la reducción de ingresos y financiar la transición a un modelo de producción sostenible.
Es urgente tomar decisiones fiscales para compensar estos recursos, pero además para reducir la deuda pública y sostener los servicios y la inversión.
Aprovechar opciones de financiamiento por compensación de emisiones de CO₂, que es una posibilidad que se abre, requiere conformar un equipo que lo gestione, y establecer una estrategia de país en este sentido.
La balanza comercial petrolera fue de USD (FOB) 3.955 millones en 2022, en comparación con el saldo negativo de USD (FOB) -1.630 millones de la balanza comercial no petrolera.
Un cambio de modelo requiere la sustitución tanto de exportaciones como de importaciones, y eso viene marcado por inversiones públicas y privadas, así como por el cambio en hábitos de consumo. Uso de medios alternativos de transporte, y preferir productos locales por sobre los importados.
Los resultados de la consulta popular son una oportunidad, pero aprovecharla dependerá de la claridad del nuevo gobierno y de la participación de toda la ciudadanía.