Economía y Desarrollo
Voto nulo: opción democrática, con matices y diversidad de expresiones
Doctor en Economía, máster en Economía del Desarrollo y en Política Pública. Director general académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
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En Ecuador el voto se establece en la Constitución como un derecho universal, igual, directo, secreto y de escrutinio público; además de ser obligatorio para las personas mayores de 18 y de hasta 65 años de edad.
El voto nulo, al igual que el blanco, es una de las legítimas opciones que el Código de la Democracia da a los y las electoras.
La implicación formal del voto nulo, a diferencia del voto en blanco, es que en caso de superar los votos de la totalidad de candidatos o listas se daría la nulidad de las elecciones, y se requeriría un nuevo proceso.
Votar nulo es una forma de expresión democrática. No es renunciar al derecho a votar, es ejercerlo. Criticar esta opción es un acto de violencia, igual al que se comete contra quienes prefieren cualquier otra alternativa.
El voto nulo es una expresión de inconformidad. En un país, como Ecuador, de voto obligatorio, es una forma de expresar el desacuerdo con las instituciones, incluyendo el funcionamiento de la democracia, y dentro de esto incluso esa obligatoriedad del voto.
El voto nulo es además una forma de expresar el desacuerdo generalizado con la clase política y la democracia representativa, que cuando no responde a las demandas e intereses de las personas, hace que el formalismo de elegir, a unos/as u otros/as, no represente opción real alguna. Da lo mismo, se argumenta.
La opción del voto nulo en cuanto a posición política es también una forma clara y directa de manifestar que existen otras opciones.
Desde las organizaciones sociales, por ejemplo, es una expresión del deseo y llamado a mayor democracia participativa y de acción ciudadana directa, independientemente de los/as representantes que sean electos/as para dirigir las entidades del Estado.
Desde organizaciones políticas, es una forma de manifestar, además de la inconformidad con las opciones, la posibilidad de movilizar hacia una alternativa distinta para futuro, con identidad propia, en lugar de adherirse y subsumirse a las de otros/as.
Este el caso frente a las elecciones presidenciales de segunda vuelta, de lo expresado por el Consejo Ejecutivo de Pachakutik que ha sido explícito en el llamado al voto nulo, argumentando que ninguna de las dos alternativas representa a su proyecto político, y en rechazo a la hegemonía del poder político de los últimos años.
Manifiestan además que esta posición es el anuncio de que su acción política será de resistencia y movilización social.
De manera similar, aunque menos explícita, el Consejo Ejecutivo Nacional de Izquierda Democrática, ha señalado no apoyar ninguna de las opciones, dejando abiertas todas las alternativas de voto a decisión individual de sus miembros, y presentando temas de una agenda programática que esperan sea acogida por quien sea electo. Al tiempo que se señala que la acción política desde el bloque de asambleístas de la ID será de una oposición propositiva.
Para mejorar la democracia, además de las decisiones individuales para elegir representantes, es indispensable ampliar las formas de manifestación, participación y de toma de decisiones directas.
La democracia no es ganar elecciones y dar el voto, es el ejercicio libre y permanente de la ciudadanía. Esto es también parte del mensaje de quienes deciden votar nulo.
Una mejor democracia requiere además que partidos y movimientos políticos no se limiten a ser plataformas electorales, y posterior instrumento de negociación coyuntural de sus dueños, dirigentes o caudillos; sino que sean verdaderos espacios de reflexión, formación y direccionamiento político para construir alternativas y proponerlas al país de forma autónoma.