Al aire libre
Volver salvaje la tierra
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
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El fotógrafo Christoph Hirtz tiene un jardín que ha rebasado su muro y crece hacia la calle. Me dice que afuera tiene dos cholanes, un yalomán, dos yucos con su flor ramo de novia, pumamaqui, níspero, arrayán, capulí y casanto.
“Es un espacio muy bonito, me da mucha emoción cuando regreso del centro y veo tanto verde alrededor de mi linda casita”, dice Christoph.
Y continúa: “da emoción ver tanta alegría de las plantas, las flores amarillas del cholán con las moradas del yalomán. Uno que otro vecino también disfruta de mi jardín, de afuera y adentro”.
“Comencé hace 20 años", dice. "Al principio tenía sembrado un arrayán y ya había un nogal. Hice un huerto con acelga, col, maíz y tenía gallinas en un gallinero. Resulta que me dio pena que estén en el gallinero y las dejé salir".
"Y vas a creer que acabaron con todo, con el huerto, con unos taraxacos que habían nacido, unas lenguas de vaca, los berros, todo. Más tarde me deshice de las gallinas y le dejé solito al jardín".
"Empezaron a nacer ortigas. Dicen que las plantas que crecen alrededor tuyo son las que tú necesitas. La ortiga me sienta bien, es una maravilla, me ortigo las piernas, la espalda, los brazos, y luego me baño en agua fría”.
Fueron creciendo bromelias, cactus, achupallas, una palmera de cocos. Hay moras, maiwas…
Y añade: “en el estanque vuelan a veces libélulas, catzos, mariposas. Hay hormigas, colibríes, mirlos, gorriones, tórtolas”.
“Tenía ratitas, pero le pedí que se vayan... y se fueron”.
Knepp Estate, en Sussex, Inglaterra, lidera volver salvajes los campos. Las vacas, borregos y caballos pasean libres entre venados y conejos, mientras que la vegetación crece desordenada sin intervención de los dueños.
“Es mucho más económico trabajar en armonía con la naturaleza", dice Isabella Tree, dueña de Knepp Estate, "este balance ha sanado la tierra y mantiene a los animales domésticos con buena salud".
Susana Cárdenas rescató semillas de los árboles y plantas que cortaron cuando se hizo la Ruta Viva, y creó un vivero en su casa. Ahora cumple la misión de sembrarlas de nuevo en los espacios que dejó la carretera. Pone su rótulo 'Habito el Ilaló' y cada tanto va a limpiar el área de basura, pone agua a sus árboles y los mantiene.
Nos manda fotos y mensajes: “Hoy fui a regar y la alegría es que encontré mariquitas, mariposas, capullos de no sé qué, hormigas y otros insectos”.
Nuestra huerta, que estaba cuidada y dando frutos durante la pandemia, se ha vuelto un poco enmarañada. Hay un arbolito raro que ha crecido en medio terreno, hay “malas hierbas” que seguro atraen abejas porque tienen unas micro flores. Creo que es un buen comienzo para volver salvaje mi pequeña tierra.
Los conservacionistas Michael Soulé y Reed Noss dicen que para recuperar la biodiversidad se debe incluir tres 'C':
- Centros no cultivados para que de ahí se expanda el ecosistema.
- Corredores para que las especies se muevan sin quedar atrapadas. (Al respecto supimos de un lobito que estaba atrapado en una quebrada del Ilaló pues una mega urbanización en Chiviquí había puesto una reja para separar su conjunto de la quebrada. O sea, dañaron el corredor).
- Carnívoros, para regular y gestionar los ecosistemas.
Sara Godard de Reverdecer la Vida propone algunas ideas para convertir un oasis natural que todos los seres vivos disfruten.
Ella dice: "olvídate del antiguo concepto de un lindo jardín, con hierba y macizos de flores cultivadas. Encuentra el lugar donde vas a crear tu tierra salvaje y atrae polinizadores como abejas, orugas y pájaros; con agua, casas de aves y hojarasca o cortezas. No pongas químicos y deja que la naturaleza haga lo suyo".
El High Line de Nueva York tiene un paisaje natural formado por las especies que crecían cuando un riel del tren era abandonado. Esa colorida y abundante vegetación hace las delicias de turistas y moradores. En otoño promueven la campaña Celebra los insectos. Este espacio alternativo da millones de dólares al año a la ciudad de Nueva York.
Pido al área de Parques y Jardines del Municipio –de los municipios de todo el país- que consideren dejar pequeñas esquinas en cada parque, para ver cómo evolucionan sin la intervención del humano. Quizás podamos apreciar en un tiempo plantas y flores nativas y algunos animalitos.
Veremos la naturaleza como era y como podría volver a ser.