Efecto Mariposa
Una discusión pendiente en Ecuador: la violencia vicaria
Profesora e Investigadora del Departamento de Economía Cuantitativa de la Escuela Politécnica Nacional EPN. Doctora en Economía. Investiga sobre temas relacionados con pobreza y desigualdad.
Actualizada:
En el ámbito pareja, el nivel de violencia contra la mujer es alarmante en Ecuador.
Según datos del INEC de 2019, el 43% de las mujeres ecuatorianas ha experimentado violencia por parte de su pareja o expareja a lo largo de su vida.
A pesar de que ese porcentaje sugiere que casi la mitad de las ecuatorianas mantienen o han mantenido relaciones sentimentales violentas, muchas de ellas no pueden salir de estas relaciones.
En las parejas con hijos en común, una de las causas por las que las mujeres no salen del círculo de violencia que viven con sus parejas es porque tienen temor a que estas no solo las agredan a ellas, sino también a sus hijos.
En efecto, cuando una mujer le propone a su pareja terminar una relación o el divorcio, una de las reacciones más comunes de los agresores es amenazar a la mujer con causar daño a los hijos. En otras palabras, los agresores instrumentalizan a los hijos como objeto de violencia para herir a la mujer.
Esta estrategia violenta tiene como fin presionar a la mujer para que no proceda con la ruptura sentimental, puesto que, si esto sucede, los hombres sienten que perderán el control y la dominación machista.
Si, efectivamente, la separación o el divorcio se concretan, el daño que los hombres causan a los hijos que tienen en común con una mujer constituye un acto de venganza.
Las estadísticas sobre los actos violentos de hombres que recurren a los hijos para causar daño a la mujer no existen en Ecuador. Tampoco existe en el país una legislación específica para este tipo de violencia.
Sin embargo, la violencia vicaria está presente en Ecuador. Este término circuló en las redes sociales a raíz del reciente incidente entre el presidente Noboa y su exesposa, quien reclamaba la custodia de su hija debido al viaje del Primer Mandatario.
La violencia vicaria se define como aquella violencia que se ejerce sobre los hijos con el fin de herir a la mujer. Los hijos pueden sufrir actos de violencia física, psicológica o sexual por parte de su padre. La forma más extrema es el asesinato de los hijos.
El término violencia vicaria fue acuñado en 2012 por Sonia Vaccaro, una psicóloga argentina radicada en España.
El nombre vicario fue asignado considerando el significado de esta palabra: “que tiene las veces, poder y facultades de otra persona o la sustituye” (Diccionario de la Real Academia Española).
La motivación para perpetrar este tipo de violencia no es causar daño a los hijos, sino herir a la mujer, incluso ignorando el vínculo afectivo que puede existir entre los padres y los hijos.
Si bien la violencia vicaria implica el cometimiento de actos violentos contra los hijos, esta no necesariamente corresponde a violencia infantil, pero la violencia infantil sí puede ser a consecuencia de la violencia vicaria.
Una interpretación de la definición de violencia vicaria, es que esta no es exclusiva de un sexo, debido a que, en la práctica, es perpetrada por hombres y mujeres.
A pesar de que este argumento sea verdadero, siendo rigurosos con la definición de Vaccaro, la violencia vicaria se considera como un acto de violencia contra la mujer.
En la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, aprobada por Asamblea General de las Naciones Unidas, se considera que la violencia contra la mujer es todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como privada.
De este modo, se considera que la violencia vicaria sí es un tipo de violencia contra la mujer.
La violencia vicaria es frecuente en los casos en los que el agresor ya no puede acceder directamente a la mujer, es decir, cuando están separados o divorciados.
Aunque se esperaría que con una ruptura sentimental o una separación cesen los actos de violencia, algunos estudios indican que en esta etapa los hombres se vuelven más violentos para no perder el poder sobre la mujer.
La violencia vicaria, al igual que cualquier tipo de violencia contra la mujer, tiene efectos en la integridad física, psicológica y emocional de las mujeres. Se ha reportado que algunas mujeres se han suicidado como consecuencia del daño causado a sus hijos.
Asimismo, en los hijos se advierten efectos físicos, psicológicos y emocionales que pueden llevar a comportamientos antisociales, agresivos y psicopáticos.
A pesar de que la violencia vicaria es frecuente, su invisibilización en la sociedad y en lo legal dificulta el acceso de las víctimas a la justicia.
En 2022, la exasambleísta Isabel Enríquez presentó un proyecto de reformas a la Ley Orgánica Integral de Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, a fin de incluir la violencia vicaria como una conducta cometida por una persona para causar daño extremo a una mujer, con quien mantiene o mantuvo una relación y con la que tiene hijas e hijos en común.
Sin embargo, la iniciativa murió con la muerte cruzada, aunque parece que será retomada por la Asamblea actual, según lo manifestó la legisladora Gissela Garzón en una entrevista radial.
La solución para erradicar la violencia vicaria y sus consecuencias no es la simple implementación de leyes y políticas para proteger a las víctimas de violencia vicaria y responsabilizar a los perpetradores de esta violencia.
Es cierto que, dado el contexto de violencia contra la mujer que se vive en el país, es pertinente incluir leyes que prohíban el acoso y la intimidación a través de terceros, así como implementar medidas para garantizar la seguridad de las víctimas y sus hijos, pero eso no es todo.
Más importante aún es educar, sensibilizar y generar conciencia en hombres y mujeres sobre qué es la violencia vicaria y cómo puede manifestarse. La información puede ayudar a las personas a reconocer los signos de este tipo de violencia y buscar ayuda cuando sea necesario.
La violencia vicaria, aunque menos visible y reconocida que otras formas de violencia de género, representa una amenaza real para las mujeres y sus hijos en Ecuador. Es necesario reconocer esta problemática y proponer alternativas integrales para garantizar la protección y la seguridad de las mujeres víctimas y sus hijos.