Canal cero
Las víctimas de Arroyo del Río
Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.
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Carlos Alberto Arroyo del Río fue un representante de la oligarquía guayaquileña que en 1940 llegó a presidente de la República con fraude electoral.
En 1941, cuando el país sufrió la invasión peruana, no pudo articular la defensa y en 1942 debió aceptar el Protocolo del Río de Janeiro, con el que Ecuador renunciaba a la mayoría de sus aspiraciones amazónicas.
Luego de 1942, Arroyo agudizó el autoritarismo. Su imagen de oligarca vende patria era repudiada. Para su sucesión, en 1944 promovió la candidatura de Miguel Ángel Albornoz, otro oligarca liberal y masón.
Frente a ello, socialistas, comunistas, conservadores, liberales disidentes e independientes confluyeron en ADE, Alianza Democrática Ecuatoriana, un frente amplio y heterogéneo de restauración democrática que eligió candidato a la presidencia a José María Velasco Ibarra.
La campaña electoral se desenvolvió en medio de represión y violencia crecientes. Velasco Ibarra fue impedido de entrar al país. Los partidarios de Albornoz cometían abusos respaldados por el Cuerpo de Carabineros.
En San Miguel de Bolívar, cuando los obreros depositaban una ofrenda floral en el cementerio, fueron desalojados por los carabineros, con resultado de un muerto.
El 20 de mayo hubo en Guayaquil un incidente con dos personas muertas y varias heridas. La policía capturó a varios velasquistas, pero las manifestaciones callejeras siguieron.
El 21 de mayo cayó muerta Rosa Cáceres en la puerta de su domicilio de Guayaquil, víctima inocente de un enfrentamiento. El universitario guayaquileño Héctor Pauta también fue muerto. En Santa Ana (Manabí) murió Telmo Zornoza, por acción de la policía.
El 21 de mayo, cuando tres hombres y dos mujeres eran llevados a prisión al cuartel de carabineros por haber vivado a Velasco Ibarra y varios velasquistas que protestaban, un oficial de carabineros disparó y un tiro le acertó a la joven María del Carmen Espinosa, que salía de su trabajo y murió en el acto.
Se acusó del asesinato al capitán Lombeida. Se multiplicaron las protestas y el entierro fue masivo con una "marcha del silencio" por las calles.
El 28 de mayo la guarnición del Ejército de Guayaquil, en coordinación con ADE, se insurreccionó. Hubo tiroteos con muertos y heridos frente al cuartel de carabineros, incendiado por las masas enardecidas.
Se dio una explosión en todo el país y el gobierno cayó. Arroyo del Río representaba a una oligarquía soberbia y arrogante que explotaba a la "chusma" y la despreciaba.
Convencido de que los pobres habían nacido para obedecer, sostenía la necesidad de "orden" y de gobiernos dirigidos por notables aliados a Estados Unidos y al Vaticano.
Con el tiempo, los nombres de Héctor Hugo Pauta, María del Carmen Espinosa y otros, se borraron de la memoria colectiva.
Pero los hechos aún se recuerdan como antecedente de la "Gloriosa" revolución de mayo de 1944 y los que participaron en ella, sobre todo los jóvenes, se consideraron héroes en la tradición popular y política.