Al aire libre
A Venezuela no quiero ir
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
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No quiero ir a Venezuela, Nicaragua o Cuba. Quiero vivir en Ecuador con dolarización y libertad.
Hace años fui varias veces a Venezuela a visitar a mi hermana y su familia. Cada vez notaba cómo se iba deteriorando ese país.
Caracas era una ciudad bella y próspera -con brechas económicas y sociales como muchas ciudades en Latinoamérica- pero la escasez de comida y la falta de libertad eran cada vez peores.
En mi último viaje, fuimos de paseo a la isla Margarita. Los hoteles trabajaban a medio gas porque la situación no atraía al turismo.
En la actualidad la comida está fuera del alcance de la mayoría. Ganan un proporcional de USD 5 al mes y la canasta básica cuesta USD 482. Es absurdo. Al pueblo le contentan -engañan- con bolsas de alimentos subsidiados.
Tengo conocidos venezolanos que han vuelto a su tierra a acompañar en sus últimos años a sus padres ancianos. Llevan dólares de Ecuador y según me cuentan, se quedarán hasta enterrar a sus viejitos.
De Cuba no se necesitan pruebas para confirmar que es un país destruido, con habitantes desnutridos, apagones todos los días y casas que se derrumban por falta de mantenimiento.
Acaban de morir dos bomberos en el área turística de La Habana Vieja por tratar de rescatar a un residente atrapado por un desplome. Este incidente es común allí, pues la mitad de las 20.000 viviendas no son habitables.
El 78% de los cubanos recorta el desayuno o el almuerzo por falta de dinero para comprar alimentos, en su mayoría importados (huevos, carne, aun el café), gracias a la nula producción nacional. Muchos se mantienen con una sola comida diaria de bajos nutrientes.
Dice la periodista Yoani Sánchez: "Es dramático el aumento de la miseria, las estrecheces y la inconformidad social de los cubanos, lo cual no se expresa públicamente por motivo de la represión que existe. Pero se nota en la migración, en la doble moral y en el deterioro de la salud mental de los cubanos".
La utopía de la revolución que empezó hace "fuuú", y su tempranísima degeneración -dice en su libro el escritor Enrique del Risco- es una historia de masoquismo.
A diario escapan de la isla cientos de jóvenes que ya no soportan más. Muchos no llegan lejos, como es el caso de 10 mujeres cubanas que murieron este octubre, al volcar el vehículo en el que viajaban rumbo a Estados Unidos.
Nicaragua tampoco es un lugar atractivo para ir. El dictador Ortega y su tenebrosa mujer repelen a los visitantes.
¿Qué garantía de una estadía normal se puede tener allí si hasta a las misioneras de la Caridad, de la Madre Teresa de Calcuta, las sacaron tras 40 años de un servicio incomparable, con el pretexto de no estar acreditadas para tener un centro de ancianos?
Así mismo cerraron la UCA, universidad jesuita; sacaron al INCAE, prestigiosa escuela de negocios que producía talento e inversión para ese país por más de 60 años.
Cerrar universidades tiene una razón: que las personas dejen de pensar y se vuelvan sumisas. Y que su único objetivo sea sobrevivir cada día buscando comida, aunque sea en la basura.
Los argentinos tienen chance de salvarse de caer al nivel de Nicaragua, Venezuela o Cuba, cambiando de rumbo y dando oportunidad a otra corriente que no sea el kirchnerismo.
Ecuador tuvo una tabla de salvación milagrosa hace 23 años cuando Jamil Mahuad estableció la dolarización.
Sin esa moneda, hoy mismo los trabajadores y jubilados ecuatorianos estaríamos como en Argentina y los países mencionados: con un ingreso que no alcanza ni para la leche del gato.
Ecuador se volvió a salvar de tener una dictadura gracias a otro milagro: la traición de Lenín Moreno a los correístas. Siempre pienso que Lenin no era un sumiso y en su momento dijo: he sufrido la paralización de mis piernas para siempre, he vivido lo peor, ya nada me asusta.
Hizo lo que una persona decente hace: gobernar para los ecuatorianos y no para el Grupo de Puebla que en la actualidad impulsa la desdolarización a nivel mundial.
El 15 de octubre los ecuatorianos tomaremos la decisión por un Ecuador libre.
Decisión de mantener la dolarización.
Decisión de tener elecciones libres con futuros presidentes que rechazan las dictaduras.
Decisión de evitar que nuestros hijos quieran huir del Ecuador.
Decisión de libertad.
Libertad representada por Daniel Noboa.