Con Criterio Liberal
El valor de la opinión en tiempos de redes y expertos
Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.
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Quiero en esta columna reivindicar el valor de la opinión, aún en estos tiempos de redes sociales y cientificismo (donde sólo parece tener valor lo que digan “los expertos") que está tan menospreciada.
Vivimos en sociedades complejas donde se debaten a diario muchos temas. Normalmente los temas no tienen ni un solo enfoque, ni una solución fácil; y el criterio común, que no es necesariamente ni el del sentido común ni el adoptado por la mayoría o por los políticos, se construye con base en el contraste de distintas opiniones.
El “agora” de nuestro tiempo es Twitter o hasta Facebook, es donde debatimos, presentando muchos puntos de vista sobre los distintos temas.
Todos tenemos derecho a emitir nuestra opinión, pero no todas las opiniones valen lo mismo. Una de las mayores aspiraciones que podemos llegar a tener es que nuestra opinión sea valorada por nuestros conciudadanos.
Todos tenemos amigos que son muy bacanes en la farra, pero cuando tenemos un problema personal o laboral o financiero no contamos mucho con su opinión, pues no tienen tan buen criterio, son aquellos que con 50 años siguen siendo “Pepito”.
Y todos tenemos amigos a quienes, ante un problema, recurrimos en busca de consejo, pues son personas cabales y con sentido común. A quienes todo el mundo llama Don Pepe. Así en el condominio, ante un dilema, aunque los votos de todos se cuenten por igual, no se escuchan por igual las opiniones de todos.
Las opiniones ganan peso si están argumentadas, si son coherentes, si son respetuosas con los demás.
Creo que es muy empobrecedor descartar el valor de la opinión con esa manida frase de “eso es sólo tu opinión”, pues la sociedad se construye con poco más que el conjunto de nuestras opiniones, que reflejan nuestras prioridades y valores.
Y creo que es muy importante aprender a ponderar las distintas opiniones. Respetar las de los demás y refutar o contra-argumentar aquellas con las que no coincidimos. Pero nunca atacando a la persona que las emite, siempre centrándonos en la opinión, que es lo que construye un debate y su argumentación.
Y quiero también resaltar el valor de la ideología, entendida como un conjunto de ideas coherentes sobre el mundo. Esto es, que la ideología permite articular opiniones sobre los distintos temas siendo coherente, con una filosofía y unos valores subyacentes.
Pero las ideologías no son ni cerradas ni completas. Por eso esta columna no se llama “el criterio liberal”, pues seguro habrá otros muchos liberales con criterios distintos al mío.
Pero mi criterio sí que está enmarcado en la tradición del pensamiento liberal. Espero que ustedes valoren mi opinión emitida, creo, con un cierto criterio: un criterio liberal.