El indiscreto encanto de la política
Un fantasma recorre Europa: el fantasma de la ‘ultraderecha’
Catedrático universitario, comunicador y analista político. Máster en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Salamanca.
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La derecha populista y conservadora está en auge. En las recientes elecciones al Parlamento Europeo, estos grupos lograron un cuarto de los escaños, consolidando su presencia en la región.
Este notable avance de las fuerzas etiquetadas como "ultraderecha" ha generado preocupación y condenas desde el espectro progresista a nivel mundial. Sin embargo, es necesario analizar las causas profundas que han impulsado este movimiento, en lugar de simplemente cuestionarlo.
La nueva ola de derecha europea no es un mero capricho electoral ni una anomalía. Es la respuesta social a problemas estructurales que los partidos tradicionales han sido incapaces de resolver de manera efectiva.
Entre los factores que impulsan este ascenso se encuentran el desempleo, la precariedad económica y la desconfianza en las instituciones políticas. Los jóvenes, en particular, se sienten traicionados por un sistema que no les ofrece oportunidades laborales después de años de formación académica.
Ante este escenario, los discursos populistas de la derecha desafían el status quo con propuestas rápidas y contundentes, aunque no siempre viables.
En Francia, Marine Le Pen, en una entrevista reciente, señaló que los naturales de cada país deben tener preferencia para acceder a los puestos de trabajo: "Un español puede venir a Francia, pero no a trabajar".
Otro factor crucial es la desconfianza en las instituciones y el sistema político. Los votantes están cansados de los partidos tradicionales, que parecen incapaces de resolver problemas fundamentales como la inmigración, la inseguridad y el cambio climático.
Respecto a esta primera problemática, la inmigración, si bien las posiciones de los partidos de derecha varían de acuerdo a la realidad de cada país, existe una coincidencia central: rechazan la inmigración, especialmente la musulmana.
La AfD, la derecha populista alemana, hace ya ocho años proclamó que el islam “no forma parte de Alemania” por ser -a su juicio- una religión que esconde "pura ideología política".
Asimismo, el conflicto en Ucrania ha impactado. Algunos sectores han visto con desconfianza el apoyo irrestricto de la Unión Europea a Kiev, lo que ha beneficiado a aquellos partidos que se oponen al envío de ayuda militar.
Pero quizá lo más significativo es que la izquierda tradicional europea ha sido incapaz de conectarse con la realidad de los sectores más vulnerables.
Mientras más se empeñan en una agenda que prioriza el cambio climático, el europeísmo o las causas identitarias y colectivas, más se alejan de las preocupaciones cotidianas de la gente. La derecha populista ha llenado este vacío con su retórica.
Si los partidos tradicionales del centro quieren contrarrestar esta tendencia, deben reformular sus estrategias y abordar las preocupaciones legítimas de la ciudadanía. De lo contrario, “el fantasma” seguirá firme en su recorrido por Europa y el mundo.