Al aire libre
Creatividad y finanzas
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
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Entré a un taller de creatividad para planear el año. El objetivo era encontrar nuevas maneras de percibir, disfrutar y gestionar la realidad. Yo lo apliqué al día a día financiero.
Empezamos por lo básico que es nuestro cuerpo. El año pasado en un taller similar me preguntaban qué miré, qué escuché, qué dijo mi boca y a dónde fueron mis pies.
Hoy, en cambio, me preguntan qué le propongo a mi cuerpo en 2024. ¿Qué quiero mirar? ¿Qué quiero escuchar? ¿Por dónde quiero recorrer?
Así surge el primer propósito:
Tener autocuidado. No excesos en comida y en gasto. Hacer ejercicio, evitar el estrés, utilizar bien el tiempo.
En términos económicos, si tenemos un cuerpo sano, tendremos una mente sana, y de ahí se derivan el orden, la disciplina, el control, tan necesarios para el manejo de dinero.
Algo tan simple que no me canso de repetir, es anotar todo lo que gasto, así sea un café o la propina. Solo se necesita un papel y un lápiz.
Tiffany Aliche, experta financiera, asesoraba a un político llamado Tony. Él gastaba más de lo que recibía y no se daba cuenta. Pero sus acreedores sí se dieron cuenta cuando él dejó de pagarles.
Nace un segundo propósito:
El tiempo es oro, entonces perder el tiempo no es opción. No dejar divagar la mente, sino producir y descansar.
Hacer ayuno intermitente de pantallas. Todos estamos conscientes de que el celular, la Tablet, el computador, nos distraen con los pendientes, los mensajes, noticias, datos, anuncios, alarmas.
Tenemos las pantallas en el baño, mientras comemos y al dormir.
En la noche, ayuda a nuestro cuerpo y alma tener un momento de intimidad, de centrarse. Que sea un cierre del día con Dios, con el universo y no con la pantalla.
Apagar el celular es hacer la mitad del trabajo, dicen en el taller Kike Delgado y Nuria Urcelay, entonces la mente crea y produce.
Y si nuestro oficio incluye gestionar redes sociales, que no sea con voracidad, sino con el objetivo de comunicar algo útil para el resto.
Un tercer propósito es que en nuestro entorno tengamos una red de contactos que nos nutra y un círculo de personas que nos amen.
Compartir con gente creativa nos favorece e inspira.
Rodearnos de gente que feliz.
Según Ken Honda, en su libro Happy Money, la gente feliz puede vivir con USD 10.000 al mes o con 1.000, “porque estas personas son auténticas, compran lo real porque cuidan su vida, su salud. Siguen aprendiendo, creando para servir a los demás y disfrutar, pero no viven para tener más dinero”.
Según los expertos, existe una regla básica que es destinar:
- 60% de los ingresos a gastos fijos
- 10% en aportes o ahorros para cumplir nuestras metas
- 30% a gastos de estilo de vida.
Ten una mentalidad de abundancia, de “dinero feliz”, como dice el japonés Honda, que es aquel que viene de buena fuente, de un trabajo honesto; que te da paz mental y que se invierte en cosas buenas.
Le debo a mi madre cuidar el dinero, dice Jazmín González, estudiante. Mamá me decía que hay que guardar para imprevistos.
Tres propósitos: autocuidado, ayuno intermitente de pantallas para crear más y rodearnos de gente que nos ame y enseñe.