Tres películas de culto sobre la guerra de Vietnam

Como la semana pasada hablé del trauma que causó Vietnam en la cultura estadounidense, trauma que dura hasta el presente, me han pedido que nombre tres películas que buscaron exorcizar los demonios de esa guerra, y que siguen vigentes.

La más sonada y espectacular es, sin duda, 'Apocalypse Now' de Francis Ford Coppola, director que seguía en estado de gracia luego del éxito descomunal de 'El Padrino'.

Por ello, encabezó el casting de este filme bélico con el mismo Marlon Brando y su 'consigliere' Robert Duvall, quien representa ahora al teniente coronel que comanda un ataque de helicópteros con la 'Cabalgata de las valquirias' de Wagner, escena que marcara época en el cine.

Otro clásico que obtuvo varios Óscar fue 'Regreso sin gloria', con Jon Voight, (el inolvidable Midnight Cowboy), una Jane Fonda en el esplendor de su carrera y una banda sonora que es un regalo para los aficionados al rock, pues incorpora las mejores canciones de la época.

La tercera película de culto es 'El francotirador', del mismo año 1978, dirigida por el poco conocido Michael Cimino. Sobre ella también se extiende la poderosa sombra de 'El Padrino' pues es protagonizada por Robert De Niro, quien encarnara a Vito Corleone joven, y por John Cazale, que había hecho de Fredo, el más frágil de los Corleone.

Lo dramático es que Cazale sufría de un cáncer terminal en la vida real y falleció antes de que 'El francotirador' llegara a las salas.

Su novia de entonces, la emergente Meryl Streep, también actúa en la película, que narra la historia de tres jóvenes obreros metalúrgicos comunes y corrientes de un pueblo de Pensilvania, que se enlistan para ir a Vietnam, donde sueñan convertirse en héroes.

Luego del matrimonio de uno de ellos, los amigos parten a la guerra y son tomados prisioneros por guerrilleros del Vietcong, que los martirizan y obligan a jugar a la ruleta rusa.

Aquí es cuando el guion sale de los caminos trillados: por el clímax emocional que genera esa ruleta macabra y porque los 'malos' están en ambos bandos, pues la guerra lo ha degradado todo y a todos.

La película ganó muchos premios por la fuerza del guion, la dirección y las actuaciones de un elenco inolvidable. Es para paladares finos ver a Meryl Streep dictando cátedra de arte dramático como modesta empleada de supermarket, y deleitarse con un De Niro metido hasta el tuétano en su papel de militar desgarrado, tanto que hasta hoy considera que esa fue la mejor interpretación de su carrera.

Si León Tolstoi escribió 'Guerra y paz' medio siglo después de la invasión napoleónica, Hollywood tardaría solo tres o cuatro años luego de la caída de Saigón para producir estos clásicos del cine de guerra.

Pero como ahora todo se ha vuelto tan fugaz (y tan Jorge Glas) miramos la barbarie rusa en Ucrania en vivo y en directo y cada vez nos importa menos.