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Olimpiadas: todas las mujeres son de oro y se merecen el podio
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
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Madrugamos viendo los resultados de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Así se llaman pues todo estaba listo el año pasado -considerando la perfección de los japoneses-, y en eso llegó el confinamiento por el Covid 19.
Sin público y con restricciones, se permitió su realización con este emblemático "error" de año.
Las mujeres en las Olimpiadas -para mí- son todas de oro:
Neisi Dajomes y Tamara Salazar son ídolos nacionales. Oro y Plata respectivamente. No hay palabras para agradecer su fuerza y entrega.
Angie Palacios alcanzó el primer Diploma Olímpico para Ecuador en pesas. Detrás de ellas están importantes pesistas como Alexandra Escobar, a quien entrevisté hace 18 años, a raíz de una de sus medallas de oro en los Juegos Panamericanos.
"Para triunfar hay que dejar muchas cosas de lado", me dijo Alexandra. "No hay que pensar en lo que te pasa en este momento sino en lo que tú quieres, contando con la ayuda a Dios".
Para triunfar hay que dejar muchas cosas de lado.
Anicka Delgado, la más joven de la delegación ecuatoriana, rompió el récord nacional. Sammy Arévalo nadando con intensidad durante dos horas, se ubicó en el puesto 11 remontando del 22.
Elizabeth Bravo, la dura del triatlón tropezó por la lluvia y se levantó a seguir luchando; Luisa Valverde compite con garra en lucha libre mientras escribo.
Daniela Darquea es la primera ecuatoriana en competir en golf en los Juegos Olímpicos, así como Adriana Espinoza de los Monteros, en tiro y Dominic Barona en surf.
¡Cómo nos inspiran!
Glenda Morejón, Karla Jaramillo, Paola Pérez, Lucía Yépez, Rosalba Chacha, Paola Bonilla. Sus biografías y palmarés nos llenan de emoción, así como los de Ángela Tenorio, Anahí Suárez, Yuliana Angulo, Virginia Villalba y Marisol Landázuri.
Me acuerdo que Nadia Comaneci en 1976 nos impresionó con su perfección en la gimnasia olímpica, tanto que nos inscribimos con una amiga en la Concentración Deportiva de Pichincha para hacer esas piruetas. Tendríamos 12 años y ya había unas chicas sobresalientes por su flexibilidad, ritmo y destreza. ¡Qué sé yo!
Eran mil veces mejores que nosotras. Por eso no duramos mucho. La élite es la élite, y el alto rendimiento requiere más que las relajadas horas que como aficionadas queríamos dar a una ilusión inspirada en Nadia.
Hoy se da también el caso de Krystsina Tsimanouskaya, de Bielorrusia que, como Nadia, decidió no volver a su país porque "van a tomar represalias conmigo". Otra dura.
La gimnasta de Estados Unidos, Simone Biles, tuvo un bloqueo mental que le impidió participar en cuatro finales en su disciplina. Al final se lanzó en la viga de equilibro y logró medalla de bronce. "Estoy orgullosa de mi misma solo por salir a competir después de lo que pasé".
Estoy orgullosa de mi misma solo por salir a competir después de lo que pasé.
Simone Biles.
Sunisa Lee le tomó la posta y se llevó el oro olímpico superando por milésimas a la brasileña Rebeca Andrade.
Las estadounidenses, Sydney McLaughlin y Dalilah Muhammad, llegaron al límite y Sydney ganó oro con un nuevo récord mundial en los 400 metros.
Yulimar Rojas, venezolana, saltó más de 15 metros y batió el récord mundial. Ella soñó desde chica ser la primera mujer en dar un oro olímpico a Venezuela.
Las hermanas Mardini son de oro:
Yusra, representante del Equipo Olímpico de Refugiados salvó a 18 personas de morir ahogadas en el Mar Egeo.
Huía de Siria en un bote para seis personas, cargado de veinte. En eso el motor dejó de funcionar. Entonces nadó empujando la embarcación junto con su hermana menor, Sarah, durante tres horas y media hasta llegar a la costa griega.
Oro puro.
Yusra Mardini y su hermana menor, Sarah, escaparon de Siria en bote, el motor dejó de funcionar y ellas empujaron la embarcación a nado para salvar a 18 personas.