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La tarjeta es una línea de crédito, pero no significa más dinero
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
Actualizada:
La tarjeta de crédito no es más dinero.
Es un crédito. Por eso se llama tarjeta de crédito.
Y hay que pagarlo.
Esto lo repetimos en los talleres de educación financiera.
Y comentamos las claves del buen manejo de la tarjeta:
- Al pagar la tarjeta, es mejor que sea la totalidad del monto, no el mínimo.
El pago mínimo es una alternativa que da la institución emisora para etapas en que el cliente está complicado, no es para aplicarlo cada mes.
Más de la mitad de los ecuatorianos paga el mínimo de la tarjeta, lo cual puede ser parte de la problemática en sus finanzas.
Es preferible reducir los pequeños gustos que nos damos, y abonar esa plata al pago de la cuota de la tarjeta.
- Otra alternativa de la tarjeta son los diferidos. ¿Cuántos de nosotros diferimos la entrada al concierto? ¿O las compras del supermercado? Exagerando: poner el apio y la cebolla a tres meses plazo es liquidar la economía del hogar.
Se difiere según la vida útil del bien:
-Pago corriente: los alimentos.
-A tres meses: la licuadora.
-Y a 12 meses: la refrigeradora.
¿Pero necesitamos otro juego de sala? ¿Renovar el vestuario o tunear el carro? Por capricho olvidamos nuestro bolsillo y al planeta, que ya no da más.
El ABC de las Tarjetas de crédito, publicación de Asobanca y Aval Buró, que analiza el período de enero a diciembre 2022, informa que el 54% de los ecuatorianos prefiere el tipo de crédito diferido; 39% el rotativo y solo el 6% el pago corriente.
Usar correctamente estas opciones que brindan las tarjetas de crédito, garantiza la salud de nuestras finanzas.
- La tarjeta puede nacer y morir, cuando creemos que es más dinero y nos sobre endeudamos.
Puede ser: debut y despedida. Cuando no pagamos una o dos cuotas seguidas y la bloquean.
Pero también nace, crece y multiplica los ingresos cuando la manejamos bien y aprovechamos sus beneficios.
Tuve una cliente costurera que compraba camisas al por mayor con tarjeta de crédito, en el transcurso de 45 días las vendía a mejor precio y pagaba puntual la cuota. Ella sabía manejar bien la tarjeta y hacerla producir a su favor. La utilizaba como una línea de crédito sin intereses.
- La tarjeta escribe nuestro historial crediticio, nuestro carácter de pago, nuestro prestigio.
De pequeños, mis hijos soltaban un "saca la tarjeta", con lógica abrumadora, cuando les decía que no tenía plata para alguno de sus caprichos.
Así actúan muchos jóvenes que ingresan al sistema financiero con su flamante tarjeta. La utilizan sin respaldo para pagar.
Otro dato de la publicación ABC de las Tarjetas de Crédito es que, "el 51,5% de los tarjetahabientes que acceden por primera vez al sistema formal a través de una tarjeta, tiene menos de 25 años".
La tarjeta permite que los jóvenes inicien un historial crediticio y, si son responsables, pueden arrancar con pie derecho y evitar tropezar en caída libre.
Según los expertos, las diez reglas de juego son:
- Tener una tarjeta, máximo dos. En Estados Unidos el promedio por cliente es de cuatro tarjetas, lo que acarrea gastos por impulso, híperconsumo, problemas al momento de pagar y mucho estrés.
- Pagar más del mínimo y aún mejor el total del estado de cuenta.
- Hay que pagar a tiempo. Ponernos una alerta mensual para no olvidar la fecha de pago. Un solo día de atraso genera intereses por mora. ¿Queremos regalar el dinero en lugar de gastarlo en nuestras necesidades o ahorrarlo?
- Revisar el estado de cuenta con detenimiento. Puede haber errores o cobros fraudulentos.
- Guardar los recibos y controlar los diferidos. Se difiere según la vida útil del bien.
- Poner un límite mensual a los avances en efectivo y llevar control sobre ellos.
- No prestar la tarjeta a nadie. Así se enojen.
- Analizar si tendremos con qué pagar antes de usar la tarjeta. Esta no es más dinero, es un crédito.
- Averiguar los costos de la tarjeta, la tarifa por emisión y otros.
- Conocer los beneficios adicionales, como seguros, descuentos, millas o puntos.
La tarjeta de crédito es una herramienta poderosa. ¿Funciona las 24 horas del día? Sí. ¿Los siete días a la semana? Sí. ¿En feriados? Sí.
Es como Fórmula 1, pero si no lo manejamos bien nos estrellamos en la primera curva.