El Chef de la Política
Sorteo atípico
Politólogo, investigador de FLACSO Ecuador, analista político y Director de la Asociación Ecuatoriana de Ciencia Política (Aecip).
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El sorteo para renovar parcialmente la Corte Constitucional tiene una serie de características que lo distancian de la mayoría de loterías. Por tanto, es un sorteo atípico.
Atípico porque los tres que salgan "favorecidos" en realidad no se sentirán ganadores sino todo lo contrario. Dejar un tribunal que, por sus propias actuaciones, conocimiento y honestidad, ha generado legitimidad ciudadana, no debe ser fácil.
Atípico porque prescindir del diario enriquecimiento intelectual que supone discutir alrededor de distintas visiones del Derecho y la vida democrática, tampoco debe generar mayores alegrías.
Atípico porque debatir sobre temas trascendentales y llegar a acuerdos con la tranquilidad de que los colegas actúan por convicciones y no por la entrega de dinero por parte de los litigantes, seguramente generará nostalgia entre los tres jueces que dejen esta semana la Corte Constitucional.
Desde luego, despedirse del enorme poder político que implica morigerar los posibles excesos de la Asamblea Nacional, el Ejecutivo y en general los espacios de decisión pública, seguramente también será motivo de tristeza para los sorteados.
El poder seduce y el poder que nace de la Corte Constitucional debe seducir aún más. Algunos dirán que la pérdida del salario también será motivo de preocupación entre la terna de los salientes de la Corte Constitucional.
Sin embargo, en el plano puramente económico, durante estos tres años, todos o casi todos los actuales jueces, han percibido menos ingresos de los que les generaban sus actividades previas.
Además, las horas de distracción y ocio de antes seguramente eran más que las de ahora. En fin, por ahí no va la cosa con esta Corte Constitucional.
El sorteo en la Corte Constitucional también es atípico porque al conocer los tres nombres, independientemente de cuáles sean, la ciudadanía lamentará la pérdida que, desde un punto de vista u otro, tendrá ese tribunal.
Eso es atípico en un país en el que la salida de un funcionario público suele constituir un alivio porque se pone fin a un período de excesos, ignorancia, abierta corrupción o las tres cosas juntas.
Pero el sorteo también es atípico por las particularidades por lo que se vendrá después. Acostumbrados como estamos a salir de un mal servidor público para caer en otro de las mismas o peores condiciones, afortunadamente en el caso de la Corte Constitucional los relevos son personas jóvenes, conocedoras de la materia y honestas.
Si bien la posición ideológica de los tres nuevos jueces constitucionales será definitiva para la orientación que asuman los criterios de la nueva Corte Constitucional, esa variable no tiene ninguna relación con sus capacidades intelectuales y éticas.
Aunque algunos pueden no estar de acuerdo en cómo piensan la relación entre Derecho y sociedad los magistrados Cárdenas, Ortiz y Escudero, nadie podrá decir que llegan a la Corte Constitucional personas neófitas y/o corruptas.
Aun cuando al inicio los tres nuevos jueces deberán adaptarse a un mundo que les resulta relativamente desconocido, la enorme ventaja que tendrá el propio tribunal y el país es que allí, en la Corte Constitucional, existe un amplio contingente de asesores y de personal de apoyo de altísimo nivel académico y con experiencia en la administración de justicia constitucional.
De hecho, ahí está un semillero de quienes podrían ser integrantes de la Corte Constitucional a futuro.
Atípico sorteo el que se viene en la Corte Constitucional. Salen tres jueces capacitados y honestos y llegan tres de similares características. Eso, en un país plagado de mequetrefes y corruptos, es atípico.
Por ello, e independientemente de cuáles sean los jueces de la Corte Constitucional que resulten sorteados, el país les debe un reconocimiento por el trabajo cívico que han realizado.
A Hernán Salgado Pesantes, ciudadano ejemplar, quien deja la presidencia del más alto órgano de justicia constitucional, la historia le reconocerá en su momento por su enorme legado de producción académica, rigor argumentativo y solvencia moral.