Con Criterio Liberal
La situación en Ecuador no aguanta más: los datos lo dicen
Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.
Actualizada:
Si usted es lector habitual de esta columna ya debe conocer los datos de pobreza de Ecuador, pues creo que es lo realmente importante y de lo que hay que esforzarse por hablar si queremos hablar de economía: cómo generar oportunidades para que estas personas puedan vivir mejor.
Mientras usted lee esta columna en Ecuador hay un 32% de personas pobres, que es el mismo porcentaje que había en 2010. Más de una década perdida en la lucha contra la pobreza. Esa es la dimensión del drama que estamos viviendo.
Hay un 11% de personas que hace cuatro años no eran pobres y que terminan este 2021 siéndolo.
Un 17% de los ecuatorianos ha perdido su empleo formal en los últimos siete años. En diciembre del 2014 había un 49% de ecuatorianos con empleo adecuado. Hoy tan solo un 32% lo tienen.
Esto quiere decir que un 17% de ecuatorianos hace siete años tenía más motivos para creer que su futuro sería mejor que su pasado, tenían más seguridad y más estabilidad.
Si tenemos en cuenta que en Ecuador durante la pandemia han desaparecido unas 130.000 empresas, que es un 15% del total de empresas que había al final de 2019, es muy difícil que alguien les contrate, pues las empresas que deberían hacerlo han quebrado.
Y peor aún si no se crea un clima de confianza empresarial con nuevas leyes… de las que ni siquiera se discuten en la Asamblea.
Pienso que hay mucha diferencia entre ser pobre y entre haber caído en la pobreza, pues todos aspiramos a que si nos esforzamos y vivimos en un sistema razonablemente justo, el futuro será mejor que el presente; pero esa no es la realidad de los ecuatorianos. El país no les está dando oportunidades y es entendible que se sientan desesperados.
Ecuador es el país en donde más se ha reducido la confianza en la democracia, entre 2013 y 2020, de toda América Latina, según The Economist.
El porcentaje de ecuatorianos que responde que "la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno" ha pasado del 60% al 30%.
Solo un tercio de los ecuatorianos confía en la democracia, estando penúltimos en América Latina, apenas un poco por encima de Honduras. Un dato muy preocupante.
Conociendo estos datos, tenemos dos opciones: plantearnos cómo generar un Ecuador que dé más oportunidades y empleo, con atracción de inversiones y discusión de los problemas reales; o seguir alimentando el cabreo ciudadano con discusiones absurdas como las que ocupan a la Asamblea estos días.
Pero no creo que seguir dejando pasar el tiempo sin cambios sustanciales sea una opción para ese gran número de ecuatorianos que ven cómo empeora su situación cada día, y cómo van pasando los meses sin siquiera esperanza de un cambio, sin que tan siquiera se discutan soluciones a sus problemas tan reales, y que pueden llegar a desesperarse con consecuencias imprevisibles.