El Chef de la Política
Ruptura 2+5 ya está en la Vicepresidencia
Politólogo, investigador de FLACSO Ecuador, analista político y Director de la Asociación Ecuatoriana de Ciencia Política (Aecip).
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Hasta hace muy pocos años, Fabián Alarcón fue el ícono de la negociación política en Ecuador. Con bancadas legislativas minúsculas y mucho cálculo de por medio, el famoso 'Fabiolo' llegó tanto a la presidencia del Congreso Nacional como a la Presidencia de la República sin mayores aspavientos.
Sembrando amores y odios, Alarcón fue siempre reconocido como el hábil político que, tras la disputa y la discusión encarnizada, terminaba celebrando acuerdos con los más diversos actores y sectores. Al final, era él quien desfacía entuertos, en palabras del Ingenioso Hidalgo.
Pero el tiempo pasa, la cintura política sufre y ahora de Alarcón sólo nos queda el recuerdo. Sin embargo, sabia como es la historia, no deja que el espacio de los facilitadores de la política quede vacío.
Por ello, de un tiempo acá dicho sitial está ocupado, sin discusión alguna, por los llamados Ruptura de los 25, una pequeña agrupación política que en realidad bien podría denominarse Ruptura 2+5: la ministra Romo, el secretario Roldán y cinco funcionarios más del Gobierno.
A pesar de ser pocos, al igual que Alarcón y sus simpatizantes, los 2+5 han estado cerca de la política y los espacios de poder no sólo en el 'gobierno de las manos limpias, las mentes lúcidas y los corazones ardientes' sino también, y con mucha mayor intensidad, en la actual administración.
Tanto es así que, de ministerio en ministerio, han ido escalando hasta asirse ahora de la Vicepresidencia de la República. Llegar a la segunda dignidad del país sin un solo legislador y sin haber ganado ninguna elección de forma autónoma; sin duda, tiene un mérito.
El mérito está en haber entendido la parte pragmática de la política: hay que dar soluciones prontas, eficaces y a los menores costos posibles. Si bien esto puede sonar obvio, quienes les precedieron en los cargos nunca lo comprendieron del todo.
Los 2+5, en ese sentido, han conseguido encarnar de buena forma lo que el manual de Fabián Alarcón planteaba: discrepar sin confrontar, ceder en el corto plazo, renegociar tan pronto sea posible y situarse en una posición tal que se pueda servir de puente a diferentes sectores políticos.
Sin embargo, lo que los 2+5 han dejado de considerar es la política a mediano plazo. Para mantenerse bien situado en esas lides se requiere de una estructura partidista, al menos mediana, con la que se puedan negociar espacios a futuro.
Ahí la decisión de mantenerse en el Gobierno les implica no tener representación legislativa directa en 2021 y, con ello, la posibilidad real de que su movimiento nuevamente entre en conflictos legales con el CNE.
Quizás la opción que les queda es juntarse con otras agrupaciones políticas ya existentes pero en ese caso la dificultad que tendrán que sobrellevar es el sometimiento a las reglas y dinámicas de quien ofrece el espacio electoral.
En ese plano, Alarcón fue mucho más visionario pues su estrategia fue sostener su agrupación política activa y ser él quien se presentaba a los procesos electorales. Así, la legitimidad que dan los votos sumada a la fragmentación partidista que nace de un irresponsable sistema de partidos políticos, le permitía situarse como el amigable componedor de tirios y troyanos.
En medio de una crisis de gabinete, de la cual salió bien librado el ministro Martínez luego de los acuerdos con los tenedores de bonos de deuda externa, la vicepresidencia pasa a manos de los 2+5.
Así, lento pero secuencial, han llegado casi al pináculo del poder. Ahora vendrá la etapa de conciliar con los candidatos presidenciales de forma tal que su salida y la del Presidente Moreno sea lo más pacífica posible y sin efectos colaterales que lamentar.
Para ello, han tendido puentes ya con casi todos los sectores, independientemente de los subidos intercambios de mensajes que se puedan deslizar en redes sociales. Esos exabruptos son parte de la política del corto plazo y se enmarcan en el libreto heredado del ex Presidente Alarcón.
Empieza, por tanto, la fase final de la intervención política de los 2+5 en el gobierno actual, aunque eso no deja de lado la posibilidad de que en el venidero sus rostros sigan presentes, independientemente de quien sea el ungido por el pueblo ecuatoriano.
Pasito a pasito, los 2+5 están donde están. Han conseguido casi todo. Por ahí, con los vericuetos que tiene la vida política en el país, terminan entregando ellos mismos, de mano propia, la banda presidencial en 2021. Nadie podría descartar del todo esa posibilidad.