¿Estamos preparados el fenómeno de El Niño y otros riesgos?
Graduado de la Escuela de Negocios Darden de la Universidad de Virginia, socio de la firma ecuatoriana de estrategia y finanzas corporativas Ahead Partners, exasesor McKinsey and Company y ex VM de Comercio Exterior.
Actualizada:
Primero, ofrezco mis condolencias a las víctimas del deslave de Alausí y de las inundaciones en Santa Rosa, Guayaquil, Portoviejo, Babahoyo, Quevedo, Chone, La Maná, y el resto de Ecuador. El suelo simplemente está saturado.
Advertimos que se necesita acción en la ladera de Anconcito y otras donde es obvio el deterioro. Para empeorar la situación, no hay una ley de Gestión de Riesgos.
El oceanógrafo Franklin Ormaza confirma que las lluvias e inundaciones que estamos viviendo no van a terminar en el corto plazo.
Además, su investigación muestra que se está gestando, rápidamente en el Pacífico Central ecuatorial (8.000 km al oeste), la posibilidad de un fenómeno de El Niño para finales de año e inicios de 2024.
El 14 de marzo, la ESPOL dijo que la temperatura del agua a 15 metros de profundidad oscilaba entre 22 a 24 grados centígrados.
Una temperatura alta para el mes y para nuestra costa. Lastimosamente, esto ya sucedió en 1981 y 1998. En 1986 hubo un deslave cerca de Alausí, pero tres veces mayor que el que vimos recientemente.
Además, hace unos meses el diario The Guardian publicó una advertencia sobre olas de calor sin precedentes del Niño.
En este artículo, Adam Scaife del Sistema Meteorológico del Reino Unido y Bill McGuire, del University College London (UCL) adelantan que:
"Sabemos que, con el cambio climático, los impactos del evento del Niño serán más fuertes. Se esperaría anomalías extremas de un Niño en estas condiciones".
Instituciones como la calificadora de riesgo Moody's incluyen al riesgo climático cuando evalúan países emergentes, como Ecuador.
El ya alto riesgo país, con su efecto negativo sobre la inversión, se vincula directamente tanto a la capacidad como a la voluntad de pago de los bonos soberanos existentes. Algo que se incrementa a partir de 2026.
Recordemos en años 80, El Niño llego a costar más del 10% de la economía del país.
A partir de 2050, la CEPAL estima que los impactos del cambio climático le costarán a la región desde 1% hasta 3% de su PIB al año.
La transición hacia una menor emisión de gases de efecto invernadero trata sobre la penetración de la energía renovable, junto a la jubilación de las tecnologías y el consumo vinculado a los combustibles fósiles.
Debemos asegurarnos de la gestión de los riesgos físicos actuales y los de transición, por los efectos del cambio climático, para reducir vulnerabilidades que impactan a las personas y a la economía de Ecuador.
Como lo dice el exministro de Medio Ambiente, Daniel Ortega P, "Ecuador ha demostrado poca resiliencia a estos eventos extremos. A diferencia de Perú y otros vecinos, los planes de recuperación han sido poco ambiciosos".
Y agrega que "enfrentarse al probable fenómeno de El Niño nos dará una clara medida de si se ha podido anticipar estos escenarios y existen planes claros para minimizar su impacto sin frenar el lento proceso de recuperación actual".
Estamos ya advertidos del peligro, así que se deben tomar las precauciones debidas.
BIZBROKER:
Sobre Incertidumbre en el primer trimestre del año, un lector en España señala: "sí hay capacidad de inversión tanto en Ecuador como España; pero los potenciales inversionistas tienen miedo por la inflación a nivel mundial, bienes raíces a precio altos, bolsas de valores en caída, crisis bancarias, y problemas políticos".
¡Claro las oportunidades existen, hay que tener la propuesta valor correcta!
El sismo de Balao y los problemas con las comunidades indígenas han reducido la producción de petróleo en más de 50.000 barriles diarios de lo previsto.
En lo que va de 2023, la producción promedio es de 459.757 barriles diarios, su nivel más bajo en 20 años.
A lo que hay que agregar la baja de precio del petróleo tipo WTI, por la ralentización global y el incremento del castigo para el crudo ecuatoriano, que bordea los USD 8 por barril, por el aumento de oferta de crudo venezolano y ruso.
Hasta febrero, las exportaciones de banano cayeron en 484.000 cajas (-0,72%) respecto del mismo período de 2022. Se incrementaron volúmenes en la Unión Europea, Estados Unidos, África, Asia Central, Reino Unido y Oceanía.