Canal cero
El patriotismo de los marqueses
Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.
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La tradición ecuatoriana considera a los actores de la Revolución de Quito, del 10 de agosto de 1809, como héroes nacionales.
Pero también hay quienes creen que fueron ambiciosos latifundistas criollos, que desafiaron el poder colonial español por defender sus intereses, sin ninguna actitud patriótica.
La vida del más destacado de ellos, Juan Pío Montúfar, permite develar el patriotismo de los notables y marqueses.
Juan Pío Montúfar y Larrea-Zurbano nació en Quito, el 29 de mayo de 1758, en el seno de una acaudalada familia.
Sus padres fueron Juan Pío de Montúfar y Frasso, primer marqués de Selva Alegre, que fue presidente de la Real Audiencia de Quito, y Rosa Larrea y Santa Coloma, noble criolla.
Quedó huérfano muy niño y fue criado por sus abuelos. Asumió la dirección de los bienes familiares siendo muy joven. Se casó con Josefa Teresa de Larrea-Zurbano y Villavicencio, en 1779. Con ella tuvo seis hijos. En 1786 quedó viudo.
No culminó sus estudios universitarios, pero con autoeducación adquirió una vasta cultura. Era uno de los notables ilustrados de Quito.
Fue miembro del círculo promovido por Eugenio Espejo y de la Sociedad Patriótica de Amigos del País que editó el periódico Primicias de la Cultura de Quito. Fue regidor y alcalde del Cabildo de Quito.
En 1802 hospedó al sabio Alejandro Von Humboldt, que bautizó a una especie vegetal como Trachypogon montufari, en honor a Montúfar.
Desde 1808, ante a la invasión napoleónica de España y la prisión del rey, Montúfar promovió reuniones para lograr el autogobierno de Quito.
Después del golpe del 10 de agosto, luego de vacilaciones, aceptó ser Presidente de la Junta de Gobierno, elegida el 16 de agosto. Pero renunció pronto. Sin embargo, cuando volvieron las autoridades españolas, fue declarado traidor a la Corona y se ordenó su prisión, que no se cumplió.
En 1812 llegó su hijo Carlos a Quito como comisionado regio de la Junta de Cádiz y promovió la formación de una segunda junta de gobierno, que también terminó disuelta.
Juan Pío fue declarado de nuevo traidor por los realistas en 1813, debido a su participación en reuniones independentistas, y se dispuso que fuera enviado a España, pero logró que se lo perdonara.
En 1816 recibió la noticia de que su hijo Carlos había muerto heroicamente, fusilado por liderar las fuerzas patriotas en la actual Colombia.
Para 1818 fue trasladado como prisionero a España. Murió el 3 de octubre de 1819 en Alcalá de Guadaíra, donde fue aislado en un leprosario.
Juan Pío Montúfar no fue héroe como su hijo Carlos, que si lo fue y murió como tal.
No cabe duda, sin embargo, de que fue un patriota de la Independencia y se jugó por ella junto a los notables terratenientes, entre ellos varios marqueses, que tenían interés de tomar el gobierno de Quito para sí mismos, expulsando a las autoridades españolas.
Debe ser reconocido no solo por su participación en la lucha por la Independencia antes del 10 de agosto y después, sino también como el primer gobernante que tuvo nuestro país.