En sus Marcas Listos Fuego
Aquí está el resumen 2022: ¡Les receto Rivotril!
PhD en Derecho Penal; máster en Creación Literaria; máster en Argumentación Jurídica. Abogado litigante, escritor y catedrático universitario.
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Ya saben que todos los fines de año escribo algo navideño para reír. Pero esta vez decidí recordar que a este año le hizo falta un poquito de Rivotril, porque densos estuvimos.
¿Listos? Pónganse los cinturones de seguridad y agárrense fuerte, que ahí vamos:
Inició 2022 con una la Ley de Inversiones de Lasso que iba a cambiar nuestra historia económica y, claro, la Asamblea, llena de suculentas en lugar de personas, la bloqueó.
Y como la venganza era buena porque no mata el alma y nunca la envenena, Lasso decidió exponer a Xavier Hervas como evasor de impuestos y solicitar que lo investiguen, noticia que duró tanto como la Ley de Inversiones: un suspiro.
Mientras todo eso ocurría, el ser más insignificante que parió la democracia, Guadalupe Llori, instauró el reinado del abuso de medidas cautelares constitucionales, para aferrarse a un poder que garantizaba ser alguien en esta vida.
Y claro, tanta turbulencia en la Asamblea se vio opacada por un aluvión en La Gasca, que dejó 22 fallecidos en unas imágenes que trastornaron a la capital. Todo ello mientras la prensa anunciaba que Carlos Pólit era detenido en Estados Unidos por lavado de activos.
El angelito de Pólit, mientras tanto, pagaba una fianza millonaria (porque hacerse millonario en la Contraloría es pan comido) Pablo Celi, su compinche de juego, era procesado en Ecuador por ser buen discípulo suyo, en el célebre, eterno y cuento sin fin llamado Las Torres.
Y mientras Pólit y Celi temblaban, aparece la noticia de los narcogenerales, a los cuales el gobierno de Estados Unidos les quita la visa. Todo mientras se determinó por sentencia (correcta y a mi pesar) que los jueces de la Corte Nacional de la época del correísmo, la peor Corte Nacional de la historia, deben ser indemnizados porque su destitución fue ilegal.
Y en esos días nos sorprendimos porque María del Carmen Maldonado renunció a la presidencia del Consejo de la Judicatura, mientras los habitantes de este país se conmocionaban, sin leer la sentencia y sin saber de lo que hablaban (para variar), por la condena al policía Olmedo, al que hasta el buen Guille le ofreció un indulto exprés.
Todo en medio de la masacre más grande que ha vivido Ecuador y América Latina en el sistema penitenciario.
Pero eso sí, los que se salvaron de ir tras las rejas, y de las masacres, son las 268 personas perdonadas en el proceso de amnistía más vergonzoso que ha vivido la era republicana de este poblado.
Se amnistió a los criminales y terroristas que incendiaron Quito en octubre de 2019 para así conseguir que los mismos delincuentes se tomen las calles y ocasionen más USD 1.000 millones de pérdidas en el asedio que vivimos en junio 2022.
Pero claro, faltaban las hazañas del soldadito de plomo: Leónidas Iza se vuelve a tomar Quito, lo detienen, la Fiscal y el Presidente se pelean, lo sueltan y Leónidas es libre otra vez.
Mientras todo ocurría, murió Ricardo Rivera, en cuyo ataúd no entraron todos los millones que en vida se llevó.
En cuando lo velaban, La Posta ya revelaba el caso de compraventa de cargos públicos en el Ministerio de Agricultura para que, más tarde, el Ministro Vera (Hidrocarburos) e Ítalo Cedeño (Petroecuador) tuviesen que renunciar a sus cargos por escándalos similares.
Pero claro, Ecuador pertenece al mundo y el mundo no se podía quedar atrás. Estalla la guerra en Ucrania, la salida masiva de inversión occidental en Rusia, la amenaza de una tercera guerra mundial.
En medio de esta crisis, Juan Carlos Holguín, consigue sacar a los ecuatorianos atrapados en Ucrania, para luego ser criticado por no rescatar a un par de chinchillas.
Pero la gente ya no prestaba atención a estos eventos porque los expertos en arte moderno criticaban vehementemente el mural de Égüez de medio millón de dólares, donde lo que importaba no era el monto, sino la estética.
Otra vez eso dejó de ser importante porque la ley para regular el aborto entró en discusión y los hogares de los conservadores tambalearon, mientras que, al mismo tiempo, los Isaías demandaban a Ecuador por unas cifras millonarias (justo el monto que necesito para dejar de trabajar).
Llaman a juicio a los Bucaram y se inicia una Ilíada de juicios políticos en la Asamblea, Don Naza entra al Ministerio de Defensa y sale por la puerta de atrás, luego lo asesinan, casi al tiempo que se da el segundo allanamiento a Ola Bini (caso que también ocasiona que no nos quieran quitar el requisito de visado Schengen).
En pleno caos liberan a Jorge Glas, gracias a que en Manglaralto son eruditos en el encebollado y la leguleyada, lo que no causó conmoción entre quienes votan en las elecciones, sino que lo hizo el hecho de que haya sido liberado usando arete, gran tema de discusión filosófica que inundó las redes.
Y en medio de las truchadas en la justicia, de Daniel Salcedo libre, del juez reguetonero Bad Banny, y de la guerra de Ucrania, nace otra guerra: la del Consejo de la Judicatura contra Iván Saquicela. Y, como en todo país con guerra, nos inauguramos con los coches bomba.
La Policía se indigna y cuando todos querían unirse a su indignación, un policía asesina a María Belén Bernal y todos pierden el norte, mientras pretenden demoler un edificio en la Escuela Superior de Policía porque se construyó sin identidad de género.
Todo lo anterior parece relevante, sin embargo, si cuantificamos la conmoción social, descubriremos que lo descrito hasta este momento ha causado menos impacto y menos seguimiento que el acontecimiento del año: la cachetada de Will Smith a Chris Rock, hecho noticioso que solo sería remplazado, meses más tarde, por la visita que el buen Will realizó a Alausí.
Ese, está claro, fue un evento hasta más importante para las masas opinólogas que la guerra misma, más importante que la cachetada de Bukele a las Maras Salvatruchas.
Y cuando creímos que lo de Will Smith no podría ser superado por ninguna hambruna, Ecuador clasifica al mundial, discutimos con virulencia en redes sociales si Bad Bunny hace música o hace basura, estuvimos más enfocados en la boda de Cynthia Viteri que en el crecimiento de la Viruela del Mono.
Fue para el país más relevante descubrir, gracias a un polémico mural, que Pikachu fue el compañero de armas de Abdón Calderón en la Batalla de Pichincha, que la Muerte de Gorbachov (dudo que los que siguieron el juicio de Johnny Depp y Amber Heard sepan quien fue).
Y mientras ese juicio es más relevante que el caso de Nilsen Arias, llega el divorcio de Shakira y Piqué, que no fue culpa de ellos, no fue culpa mía, fue culpa de la monotonía, por eso aquí no importó la muerte de la Reina Isabel y su impacto en la geopolítica.
Ya estaba todo en paz y Federer se retira del Tenis, Nadal nos visita y pierde, muere Javier Marías, se acabó la pandemia en Ecuador y volvimos a usar mascarillas, se decreta Estado de excepción en la Costa, Independiente del Valle gana otra vez la Sudamericana, asesinan a Norero y al Primer Ministro de Japón.
Se inaugura el Metro de Quito, Lula regresa al poder en Brasil y Bolsonaro vale bolsa, Irán se levanta contra la opresión y Xi Jinping se hace más poderoso que Mao.
¿Algo más importante que esto? ¡Obvio! ¡Que H&M llegó a Ecuador!
Estallan las manifestaciones de dignidad en Cuba (porque dignidad siempre será oponerse al comunismo), hay un intento de golpe de Estado en Perú, el mequetrefe de Castillo es detenido por un delito que no cometió, me casé, Lasso anuncia en Washington que va por la reelección.
Messi levanta la copa del mundo y el Aucas quedó campeón (noticia que le gusta al único hincha vivo del Aucas, el buen Lenin Moreno).
El 2022 necesita un respiro. ¿Lo será 2023?
Espero que hayan disfrutado este resumen exprés de los hechos que conmocionaron al mundo, pero por favor, traten de darle suave el año que viene.