Economía y Desarrollo
Ni 'Sí' ni 'No', sino todo lo contrario
Doctor en Economía, máster en Economía del Desarrollo y en Política Pública. Director general académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
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En medio de homicidios e inseguridad, de cortes de electricidad, de un paro de actividades decretado por el presidente, de una crisis diplomática con México, y del continuismo de la polarización política, se realizó la consulta popular.
El primer resultado fue el récord de ausentismo. El CNE anunció que el 28% de las personas empadronadas no votaron. El cansancio generalizado sobre la clase política nacional, la preocupante falta de confianza en la democracia, y la ausencia de espacios de debate y reflexión para profundizar en las implicaciones concretas de las preguntas sin duda abonaron a esta falta de interés.
La inseguridad que es por mucho el mayor problema que afecta a la ciudadanía, y está ahí que el Sí haya obtenido la preferencia electoral, en especial en aquellas preguntas que tenían alusión directa al rol y participación de las Fuerzas Armadas para combatir al crimen organizado. Algo que ya estaba haciendo.
Al día de hoy nada ha cambiado, el gobierno debe generar una seria de propuesta de Ley, instrumentos de gestión pública y asignación de presupuestos, para cumplir lo que propuso, y con esto se le acabará su periodo. Pero, además, gestionar y controlar el accionar de la fuerza pública en el marco de los derechos humanos y la obediencia y estricta sujeción al poder civil.
Queda incertidumbre sobre capacidad real de implementar lo aprobado, basta recordar que aún no logra implementar decisiones de consultas previas como la no explotación de crudo en el Yasuní, pero además que se requiere una importante cantidad de recursos para decisiones como el establecimiento de judicaturas especializadas en materia constitucional a nivel nacional.
En todo caso la consulta le ha dado al gobierno el Sí a lo que propuso en materia de inseguridad, corresponde exigir resultados concretos y visibles en el corto plazo.
Después de la inseguridad la mala calidad del empleo está entre las mayores preocupaciones del país. La propuesta del gobierno fue el trabajo por horas como nueva modalidad contractual y el arbitraje internacional para atraer inversiones. El resultado de la consulta fue un contundente NO.
Es importante destacar la activa participación de organizaciones y colectivos sociales, y de jóvenes, que se expresaron por la no precarización del empleo, y por mantener la capacidad del Estado de regular inversiones, en especial sabiendo que los intereses de la potencial inversión extranjera están en la extracción minera a gran escala.
El gobierno de Daniel Noboa, continua con las políticas de ajuste estructural de los dos gobiernos anteriores (contracción de gasto público, beneficios tributarios y laborales a las grandes empresas, y liberalización económica). No tiene apoyo de la ciudadanía, como no tuvo Lenin Moreno ni Guillermo Lasso.
Debería reaccionar y agilitar una estrategia de reactivación de la base productiva del país, con regulación del Estado, control de cadenas de comercialización, reducción de tasas de interés, subsidios focalizados para la asimilación de tecnología, desarrollo industrial, y ampliar y mejorar los servicios de salud y el acceso a educación.
El riesgo, que lo llevaría en el mismo camino que sus predecesores, será la necedad en las presiones de intereses económicos, de los cuales es parte, lo que dejaría al país inmóvil, o peor aún que aprovechando, como lo viene haciendo, de la aceptación de la fuerza pública, busque forzar e imponer medidas contrarias a la voluntad expresada en las urnas.
Todo está por hacerse, y el primer paso es dejar de lado la ambición política de ser electo o reelecto, de perseguir a quien piensa diferente, y de superar la polarización política, para empezar a pensar en lo que el país necesita.
Al final, pasada la consulta, y habiendo gastado USD 60 millones para ella, el país sigue sin plan. Ni Sí ni No, sino todo lo contrario.