Una Habitación Propia
El reencuentro de 'Friends' o lo que un día fue no será
María Fernanda Ampuero, es una escritora y cronista guayaquileña, ha publicado los libros ‘Lo que aprendí en la peluquería’, ‘Permiso de residencia’ y ‘Pelea de gallos’.
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Hubiera querido llorar a mis anchas, ampliamente y con hipidos, llorar como se llora a un amigo que se ha ido, el final de un amor eterno, los niños que ya no son niños, las cosas definitivas -no haber tenido hijos, por ejemplo-, el cierre de un ciclo, la orfandad a la edad que sea.
La lluvia que cae y nadie te pone un paraguas encima.
Eso hubiera querido hacer: llorar mucho, llorar largo rato, llorarlos y llorarme.
Me detuvo la vergüenza porque no estaba sola y en compañía pasan cosas muy raras con los sentimientos: te guardas unos, exageras otros.
Ninguno es del todo verdad.
Hablo, por supuesto, del reencuentro de los protagonistas de la serie 'Friends' que me dolió como un golpe certero, profundo y claro como ese del que habla Vallejo: hay golpes en la vida tan fuertes, yo no sé.
Yo tampoco sé.
Imagino que a la gente de mi generación, los que vimos la serie no en maratones, sino esperándola semana a semana y año a año, el corazón les debe haber matraqueado como a mí. Una bolsa al vacío sellándolo todo por dentro, un puñete de lágrimas en la garganta.
Ver a Phoebe, Ross, Rachel, Chandler, Joey y Mónica (a los actores que los representaban, quiero decir) fue más que emocionante. No sabría describirlo, tal vez otros idiomas son más precisos para estas cosas: 'homesick' (tristeza por estar lejos de casa) o 'saudade' (nostalgia, añoranza por el lugar perdido).
El lugar perdido era la juventud. La nostalgia eras tú a esa edad: la edad del todo es posible, la edad de me pasarán cosas extraordinarias, la edad de pensar que estos años que van a venir serán míos porque el mundo es mío.
Y todo fue ajeno.
Ya no existe esa juventud y su increíble y a veces estúpida esperanza de que ninguna ola te revolcará.
Los recuerdos de ellos, los actores de 'Friends', se mezclaban con los recuerdos propios de esa época cuando creías también, como ellos, que los amigos eran todo en la vida y que así sería para siempre.
Pero crecieron como la Wendy de Peter Pan.
Y tú también, maldita sea, creciste.
Seguro que todos los cuarentones que vimos el reencuentro del elenco de 'Friends' pensamos lo mismo: "qué mayor se ve Joey", "Phoebe ya es una señora". Pero esos años que pasaron por ellos también pasaron por nosotros.
Qué mayor se ve María Fernanda. Ya es una señora.
Y toda esa ternura, esa emoción, esa añoranza de ellos se convirtió en la propia y fue resbalando sobre el pecho como agua tibia. Hizo recordar a los padres que ya no están, a los amigos que ya no están, a los sueños que ya no están.
Ya no somos jóvenes.
So no one told you life was gonna be this way (…) It’s like you’re always stuck in second gear When it hasn’t be your day, your week, your month or even your year (…) So far thing aren’t going great. Your mother warned you there’b days like this.
"Pues nadie te dijo que la vida iba a ser así. Es como si estuvieras siempre en segundo lugar y no ha sido tu día, tu semana, tu mes y hasta tu año (…) Hasta ahora las cosas no van bien. Tu madre te advirtió que habría días como estos".
¿Quién nos dice ahora 'I’ll be there for you'?
Cuando empiece a llover ¿quién nos va a decir yo estaré ahí para ti?
Tal vez nadie. Y por eso lloraron ellos y por eso lloramos nosotros también.