Economía y Desarrollo
Nuestra recuperación económica necesita de un Estado mejor
Doctor en Economía, máster en Economía del Desarrollo y en Política Pública. Director general académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
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Richard Carapaz alcanzó el oro olímpico. Antes ya había logrado el podio en las tres grandes vueltas del ciclismo mundial. Ahora es, sin duda, el mejor deportista de Ecuador. Sus triunfos y su esfuerzo son fuente de inspiración.
El oro olímpico lo logró un ecuatoriano después de 72 años de la primera participación del país en las Olimpiadas y, luego, tuvieron que pasar otros 25 años más para que lo lograra una segunda persona. Estamos hablando de apenas dos medallas de oro en 97 años.
La voz de un campeón tiene fuerza. Las palabras: "el país nunca creyó mí", hacen eco del reclamo de muchos deportistas, pero también de emprendedores, jóvenes, mujeres, académicos, que no encuentran condiciones para lograr sus proyectos de vida.
Ecuador solo tiene dos campeones olímpicos con medalla de oro en 97 años.
La bicicleta oxidada, sin llantas, con la que empezó a pedalear, es una muestra de que en Ecuador para triunfar, se requiere un esfuerzo descomunal.
Es un síntoma de que algo está mal en la sociedad; es evidencia de que la sociedad no brinda las herramientas para que las personas desarrollen su potencial. Esperemos que la voz del campeón nos inspire tanto como sus logros.
En la vida cotidiana, en medio de una pandemia y de la mayor crisis económica registrada en Ecuador, el reclamo es el mismo: nadie cree en mí, estamos solos. Si seguimos así, serán pocas las personas que logren recuperarse y progresar.
Si seguimos así, serán pocas las personas que logren recuperarse y progresar.
Por eso, no es casualidad, que todos los organismos internacionales compartan la idea de que la participación del Estado en la economía es indispensable para la recuperación.
La CEPAL destaca la centralidad del Estado y de la política fiscal para hacer frente no solo a la crisis sanitaria, sino también a dar un impulso para un desarrollo inclusivo y sostenible.
Se propone una recuperación transformadora para el desarrollo sostenible, una estrategia que combina la recuperación económica con la superación del estilo de desarrollo vigente. Se orienta a cerrar las brechas que caracterizan el disfuncional modelo económico vigente: 1). Bajo crecimiento y rezago tecnológico; 2). Altos niveles de desigualdad y 3). Pérdida de biodiversidad, bosques, aguas y aumento de emisiones de gases de efecto invernadero.
Desde el BID se da relevancia a la necesidad de que los países diseñen estrategias para la trasformación del mercado laboral, insertando habilidades digitales y técnicas; y acelerar la ejecución de proyectos de infraestructura productiva, de manera que el Estado contribuya a reducir costos logísticos, apuntalando la productividad.
Por su parte, tanto desde el Banco Mundial como desde el FMI incluyen en las recomendaciones la necesidad de ampliar programas de protección social e inversiones públicas en infraestructura y de adaptación y mitigación ante el cambio climático.
La crisis ha marcado con fuerza las desigualdades y la falta de oportunidades de la gran mayoría de la población. En una sociedad justa, las instituciones del Estado aseguran las condiciones para que cada persona pueda alcanzar su máximo potencial y lograr las metas que legítimamente desea para su vida.