Contrapunto
Quinta sinfonía: La mayor rebelión de Shostakovich
Periodista y melómano. Ha sido corresponsal internacional, editor de información y editor general de medios de comunicación escritos en Ecuador.
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Con el permiso de los lectores melómanos, voy a insistir con un tema más (el último) acerca del gran músico soviético del siglo XX, Dmitri Shostakovich (1906-1975) y su quinta sinfonía. La historia de la música registra algunas fascinaciones de algunos compositores cuando llegan al número 5 o al 9 de su creación.
No es una regla general, de hecho, Brahms solo compuso cuatro sinfonías, su temor era manifiesto por la primera, se atrevió, pero no pudo evitar que lo comparen con Beethoven. Mahler tenía miedo de que su última sinfonía, la novena, fuera comparada con la famosa novena del músico alemán.
El número cinco también fue una dura prueba para algunos compositores que querían evitar la tediosa comparación con la Sinfonía 5, opus 67 de Beethoven. Pero, coincidencias o no, algunas sinfonías clasificadas con ese número son fascinantes. Unos pocos ejemplos: la quinta de Mahler, la de Schubert, la de Tchaikovsky…
Y también la 5 de Shostakovich, una sinfonía muy bien lograda, que se constituyó en un desafío a Stalin. El tirano, dicen los historiadores, no se percató de que el compositor expresó todo lo contrario y que, a través de la música, escribió un manifiesto antisistema.
La quinta sinfonía de Dimitri Shostakovich es parte de un manifiesto antisistema.
Agregan los historiadores que la obra fue pedida (o exigida) en 1937 para conmemorar el vigésimo aniversario de la Revolución de Octubre. Y nada mejor para los bolcheviques que encargar la obra al prodigioso músico nacido en San Petesburgo.
Musicalmente es una obra maestra, muy bien lograda, con un finale apoteósico, que el gran violonchelista ruso Mstislav Rostropóvich (1927-2007) describe así:
-"El final es una tragedia. Irreparable. Estirada sobre el potro de la Inquisición, la víctima intenta todavía sonreír en su dolor. Quien crea que el final de la sinfonía es alegre es realmente un idiota".
Salomon Volkov, uno de los principales biógrafos de Schostakovich, tampoco se guarda mucho sobre el significado de la Sinfonía 5 en re menor, opus 47.
Califica al músico como "el encubierto enemigo del bolchevismo", a pesar de sus simpatías juveniles con el marxismo leninismo:
-"La gente subestima el nivel de control que ejerció Stalin. Una vez traté de contar el número de personas en las artes que Stalin controlaba personalmente; escuchaba su música y leía sus libros, eran cerca de mil. Shostakovich sabía muy bien que estaba bajo la vigilancia constante de la persona más poderosa del país".
Algo que también cae en lo anecdótico es el subtítulo de la obra: 'La respuesta de un artista soviético a una merecida crítica'. Nunca se comprobó si esa denominación fue puesta voluntariamente por el músico o fue idea de un periodista adicto al régimen estalinista.
También es cierto que con la quinta sinfonía Shostakovich logró aplacar las presiones que había sentido un año antes, en enero de 1936, cuando Stalin asistió, junto a un periodista del Pravda, a la presentación de la ópera Lady Macbeth de Mtsensk.
Dos días después apareció en ese diario una despiadada crítica que calificaba a la obra de decadente y contrarrevolucionaria.
Volvamos a la sinfonía en re menor opus 47 que, a decir de la crítica, se convirtió en la obra más popular del músico soviético, aunque algunos dicen que la séptima, conocida como Leningrado, estrenada durante el asedio nazi, fue la que convirtió a Shostakovich en un héroe nacional.