Efecto Mariposa
¿Quiénes apoyan las protestas en Ecuador?
Profesora e Investigadora del Departamento de Economía Cuantitativa de la Escuela Politécnica Nacional EPN. Doctora en Economía. Investiga sobre temas relacionados con pobreza y desigualdad.
Actualizada:
Los problemas sociales y económicos que agobian a los ecuatorianos, como la pobreza, la desigualdad, el desempleo, la corrupción, la mala calidad de los servicios públicos, la inseguridad, entre otros tantos, no son de ahora ni por la pandemia.
No obstante, a la hora de protestar por alguna de las situaciones mencionadas, que en teoría afectan a la mayoría de ecuatorianos, las posturas en cuanto a la participación y a la legitimidad para expresar el descontento y exigir transformaciones en las calles están divididas.
A partir de una reflexión intuitiva, se podría pensar que quienes apoyan las protestas deberían ser los que sufren un problema; con todo, la respuesta ante una misma realidad puede ser diferente, incluso quienes no están implicados de manera directa en una situación pueden aportar para conseguir una solución colectiva. Quienes sufren en carne propia los efectos de un mal servicio público pueden optar por la inacción.
Así, resulta complejo dar rienda suelta a los estereotipos y prejuicios para etiquetar a quienes salen a protestar. En un ejercicio muy arriesgado y alejado de la realidad, pero que es habitual porque somos expertos en juzgar a partir de nuestras realidades limitadas y desde nuestros privilegios, se podría decir que son los pobres, los de cierto partido político o ideología, o los de determinada etnia los únicos que salen a protestar.
A raíz de las movilizaciones de estos días, en las que se acusa a 'ellos', a los indios, de revolucionarios y revoltosos, me pareció pertinente construir un perfil de los ecuatorianos que saldrían a protestar, quiénes son, cuál es situación económica y qué los lleva a salir a las calles.
A continuación, presento algunos datos para responder a estas preguntas. Para el análisis utilicé datos de la encuesta Latinobarómetro de 2020.
¿Quiénes están de acuerdo con marchas y protestas? El 47% de los entrevistados manifestó que está de acuerdo con las protestas en general.
Analizando por etnias, el 61% de quienes se autoidentificaron como indígenas está de acuerdo con protestar, mientras que para afroecuatorianos y mestizos los porcentajes son 47% y 46%, respectivamente.
Por nivel de educación, el 53% de las personas que no tienen ningún nivel de instrucción está de acuerdo con que las protestas son una forma de expresar el descontento, mientras que entre quienes cursaron el colegio esa cifra corresponde a 49%.
El 47% de aquellos que tienen un título universitario está de acuerdo con que se realicen protestas.
Por clase social, el 49% de aquellos que dijeron pertenecer a la clase media está de acuerdo con las protestas.
Mientras que en la clase baja el apoyo es del 40%, muy similar al de la clase alta, con 41%.
Considerando la situación económica, el 43% de quienes tienen un buen salario, al punto que les alcanza para ahorrar, están conformes con las marchas y protestas. Entre quienes pasan dificultades económicas esa cifra es similar.
Por situación laboral, quienes están preocupados por perder su empleo muestran un nivel de apoyo mayor a las marchas y protestas (51%), que aquellos que no tienen un empleo (43%) y que aquellos que tienen un trabajo estable (46%).
¿Por qué causas los ecuatorianos estarían dispuestos a salir a protestar a las calles?
Los motivos por los que los ecuatorianos entrevistados saldrían a marchar y a protestar son estos:
- Para mejorar la salud y la educación (69%).
- Una sociedad más igualitaria (67%).
- Para pedir que se luche contra la corrupción y los abusos (65%).
- Aumento de los salarios (56%).
- Defender la democracia (48%).
- Exigir acciones para contrarrestar el cambio climático (43%).
Observando por clases sociales quienes saldrían a protestar:
- El 29% de quienes manifestaron que pertenecen a la clase alta está muy dispuesto a salir para demandar una sociedad más igualitaria.
- Dentro de la clase media ese porcentaje llega al 36% y en la clase baja al 39%.
Cuando se trata de exigir el mejoramiento de la salud y la educación, los porcentajes por clase social son:
- Alta (47%).
- Media (38%).
- Baja (47%).
Después de analizar todas estas cifras, presento algunas reflexiones.
Primero, parece que entre 'ellos' y 'nosotros', es decir, entre la gran mayoría de los ecuatorianos, sí hay puntos de encuentro que podrían motivar a que, con o sin iniciativa de Leonidas Iza, las movilizaciones se concreten.
Esto si no se atienden las peticiones que a gritos presentamos al gobierno (en redes sociales) en temas vitales, como salud, educación, empleo, seguridad. En otras palabras, sí se puede pensar en una agenda de lucha social colectiva.
Los datos muestran que cuando se trata de salir a protestar para reivindicar mejores condiciones de vida, no hay diferencias entre ricos, pobres, clase media, mestizos, indígenas, afrodescendientes.
Todos, como ecuatorianos, anhelamos un país más igualitario y mejores servicios públicos, salud y educación.
Después, la poca aceptación y la resistencia al movimiento indígena, supuestamente desde los acontecimientos de octubre de 2019, puede generar que el anuncio de una movilización de este grupo de ecuatorianos sea visto como un asunto ajeno y lejano, pero todos vivimos en un solo país.
Finalmente, las protestas auspiciadas por el movimiento indígena nos están distrayendo de lo importante: demandar al gobierno del presidente Guillermo Lasso que atienda al pueblo en salud, educación, seguridad, empleo, y nos está enfrentando con los enemigos equivocados: los indígenas.
Este último punto me parece el más peligroso, pues las protestas violentas nos pueden confundir y hacernos olvidar que la amenaza no es la Conaie, sino la pobreza, la desigualdad, el desempleo, la corrupción, la desnutrición, la mala calidad de los servicios públicos, la seguridad y el narcotráfico.
De esos temas ya nadie habla, parece que todo está bien y que el único problema que debemos enfrentar unidos es la 'violencia de los indios'.