Economía y Desarrollo
Qué pasa con el empleo y el crecimiento en Ecuador
Doctor en Economía, máster en Economía del Desarrollo y en Política Pública. Director general académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
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La falta de empleo es la principal preocupación de los hogares ecuatorianos. El débil crecimiento económico, por la contracción de la inversión pública y privada, ha llevado al país a la peor situación de desempleo y empleo no adecuado de los últimos trece años.
El empleo es el resultado de la actividad económica. Cuando compramos, aumentamos el ingreso de quién provee el bien o servicio adquirido, y así se motiva a que esta persona invierta para aumentar su producción. Cuando invierte demanda más trabajadores a quienes paga un sueldo, y estos con ese salario compran (consumen) o ahorran (invierten).
El empleo, así como la producción (crecimiento, se distribuye en distintos sectores económicos o ramas de actividad; y en cada rama son distintas personas las que se emplean, con base en sus competencias y su productividad. Es lo que se llama “economía dual” y “brechas de productividad”.
Es así que invertir en un determinado sector beneficia a un determinado grupo de personas. Que esos beneficios impacten en otros sectores depende de sus niveles de relacionamiento (encadenamientos). Si un determinado sector demanda alimentos, por ejemplo, también beneficia a la producción y comercialización de los mismos; si en otro caso demanda insumos importados, beneficia a casas importadoras y a productores de otros países.
Es este sentido, para generar empleo y reactivar la producción nacional las inversiones deben estar estratégicamente direccionadas a sectores que tengan encadenamientos locales y sean intensivos en mano de obra.
Lamentablemente, cruzando las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) con las del Banco Central del Ecuador (BCE), por ramas de actividad, a septiembre de 2019 (último dato oficial), observamos que las ramas que presentan mayor crecimiento (variación del valor agregado bruto, VAB), son aquellas con menor concentración de empleo (servicios financieros, petróleo y minas).
Mientras que las ramas con mayor concentración de empleo son las que presentan menor crecimiento (agricultura, ganadería, y comercio), y que además son aquellas con peores condiciones de empleo relativo (medida por la relación de la concentración del empleo adecuado sobre la concentración del empleo total).
Adicionalmente, en sectores con buenas condiciones de empleo relativo como son administración pública y enseñanza y servicios sociales y de salud el crecimiento es negativo.
Si se quiere revertir las tendencias de bajo crecimiento y pérdida de empleo es necesario sostener inversiones públicas y fomentar las privadas en sectores económicos vinculados a las ramas de actividad con mayor concentración de empleo total; y garantizar condiciones adecuadas de empleo en sectores donde la prima la informalidad y la precarización laboral.