Al aire libre
Salvar al planeta siendo parte de un sistema fuera del sistema
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
Actualizada:
Mi arupo se secó totalmente, creemos que está muerto.
Francisca Freile, experta en plantas y árboles, me dijo que no debe cubrirse la base del árbol con tierra.
Me aconsejó que limpie el tronco y las ramas de líquenes y hongos y que riegue con agua un polvo enraizante para que el arupo resucite.
Estamos cruzando los dedos.
Mi magnolia que estaba llena de flores, ahora tiene capullos, pero con la lluvia no alcanzan a abrirse sino unos pocos. Las abejas se quedan con las ganas.
¿Se deberá al calentamiento global?
Si esto pasa en mi metro cuadrado, qué pasará en resto del mundo.
Según Carlos Larrea, catedrático de la Universidad Andina, "los desastres han aumentado de forma espectacular, el clima a nivel mundial se ha vuelto impredecible. Hace 50 años había 70 eventos naturales extremos al año, ahora son 400".
Prácticamente, uno o más cada día, añade Carlos.
Según él, la atmósfera es una capa que está sobre la tierra, compuesta por gases que se mantenían en relativo equilibrio. Pero a partir de la revolución industrial las concentraciones de los gases invernadero, y el consecuente calentamiento, están disparados.
Gracias a nuestro estilo de economía, hay una desestabilización del planeta a una escala sin retorno.
¿Qué podemos hacer?
Según Carlos Larrea, podemos:
- Eliminar el uso de petróleo, gas natural y carbón mineral.
- Implantar energías limpias.
- Detener la deforestación en las selvas tropicales.
- Mejorar la eficiencia en el uso de energía.
- Reducir el hiperconsumo y cambiar de estilo de vida.
- Controlar los efectos nocivos de la agricultura y la ganadería industrial.
Yo digo, si el 'desarrollo' que propone la 'civilización' nos está llevando al fin de nuestra existencia, entonces demos un frenazo a raya. Cambiemos de sistema:
- Contra el uso de fertilizantes químicos que dañan la tierra, podemos comer alimentos orgánicos, sin químicos. Y más sabrosos.
- Contra la desaparición de los glaciares y el desabastecimiento de agua, debemos ahorrar el agua.
- Ante la quema de bosques en la Amazonía, visitemos la selva, protestemos en redes y en vivo, por su preservación y recuperación.
- Frente al incremento del gas metano, producto de la actividad ganadera y los monocultivos, reduzcamos el consumo de carne y compremos a productores locales sostenibles.
- Contra la deforestación y urbanización del Ilaló o de nuestra reserva natural más cercana, protestemos ante los municipios y las autoridades ambientales.
- Contra el exceso de polución, vamos más en bicicleta o a pie.
Según la Comunidad Nahual, podemos ser parte de un sistema 'fuera del sistema', entre los productores cercanos a nuestras casas, y ser parte del movimiento agrícola, social y ambiental que propone sabores deliciosos y sanos para nuestras familias.
Nahual reporta su impacto a sus clientes así:
- 140 familias se benefician con 1.350 canastas de enero a junio, que equivalen a más de 7.000 kilos de hortalizas bien cultivadas y digeridas.
- Entre leche, yogur y otras delicias hemos reutilizado al mes 600 frascos de vidrio que, de lo contrario, estarían colapsando el relleno sanitario y generando desperdicios y podredumbre. Eso significa más de 3.600 envases que han sido parte de un sistema retornable.
- Sus membresías y compras generan trabajo digno y justo para diecisiete personas dedicadas a cultivar y cuidar el campo. Además, apoyamos a fincas, productores y artesanos pequeños.
- Cada uno de sus pagos se invierte en la siembra de más de 8.000 árboles en los últimos años.
- Recibimos visitas de escuelas, comunidades y organizaciones que desean un mayor entendimiento sobre la soberanía alimentaria, la alimentación local y sostenible. Sobre el cuidado de las fuentes de energía, el agua y el suelo.
- Juntos vamos rebelándonos contra el desperdicio insaciable del plástico y el uso de agroquímicos en la tierra y en nuestros cuerpos.