Economía y Desarrollo
Prioridades para la reactivación económica y el desarrollo
Doctor en Economía, máster en Economía del Desarrollo y en Política Pública. Director general académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
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El Banco Central de Ecuador presentó las cifras macroeconómicas del segundo trimestre de 2020. La economía cayó 12,4% en comparación con mismo periodo de 2019, y 10% con respecto al primer trimestre.
De esos 12,4 puntos porcentuales, 7,44 (el 60%) corresponden a la caída del consumo de los hogares, mientras que 4,24 puntos (el 34%) se da por la disminución de la inversión (formación bruta de capital fijo ó FBKF).
La caída en el consumo de los hogares repercute directamente en la pérdida de bienestar. Ocurre por la pérdida de empleo y la consecuente reducción del ingreso y del consumo de bienes y servicios necesarios para satisfacer necesidades, cayendo incluso por debajo de niveles mínimos que se expresan en el aumento de la pobreza que se observa en el país.
Por su parte la caída de la inversión se genera ya sea por falta de acceso a liquidez (crédito) como por expectativas negativas sobre el entorno (aumenta la percepción de riesgo), y a la larga profundiza la crisis, ya que reduce la capacidad general de la economía para producir. Es así como el producto con mayor caída en FBKF corresponde a “maquinaria, equipos y aparatos eléctricos”.
Estas son las dos prioridades para la reactivación económica:
- Sostener las inversiones públicas (direccionando los recursos del nuevo endeudamiento público hacia proyectos intensivos en mano de obra) y privadas (generando estabilidad institucional y reduciendo las tasas de interés para crédito productivo).
- Y sostener el consumo de los hogares para que se dinamice la economía y se garantice el bienestar (mediante la ampliación de las transferencias monetarias y con incentivos a inversiones que generen nuevos empleos).
Finalmente, para retomar una senda de desarrollo de largo plazo se deben priorizar, además de la salud, la reducción de la desnutrición infantil, que es una tarea pendiente en el país; y la educación que por las restricciones económicas de los hogares y las decisiones de austeridad fiscal se ve restringida, tanto por la capacidad de acceso como por la nueva necesidad de contar con Internet y equipos tecnológicos adecuados.
Si los niños, niñas y jóvenes no crecen sanos y no se educan, nos estaríamos condenando al subdesarrollo.