El Chef de la Política
Presidente Lasso, gánese a la gente
Politólogo, investigador de FLACSO Ecuador, analista político y Director de la Asociación Ecuatoriana de Ciencia Política (Aecip).
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Lasso ya está en el poder. De aquí en más deberá dedicarse a gobernar, distribuir recursos y tolerar las diferencias. Ya no es tiempo de campaña ni de videos vía redes sociales. Ahora hay que vacunar, reorientar la economía y proveer a la ciudadanía, sobre todo a la más desprotegida, de condiciones de vida dignas.
Para ello, la prudencia y sana crítica deben primar en el Jefe de Estado. Rodearse de asesores que buscan como único fin en la vida el metálico no es una buena idea, por ejemplo. Ellos estarán ahí solo hasta que nuevas chequeras los busquen y más pronto que tarde usted, Presidente Lasso, será solamente uno más en su cartera de clientes.
Bien haría usted, en lo que viene, en escuchar más a quienes lo critican que a los lacayos que le alimentan el ego y que siempre están rondando a quien detenta el poder. Ha sido una buena decisión ofrecer un gobierno del encuentro, pero para que ello se materialice la gente debe encontrarlo a usted en las provincias, en los mercados populares, en las ferias.
Un Jefe de Estado gana credibilidad cuando el ciudadano de a pie le estrecha la mano, cuando la población siente que el Presidente no está allá, en Carondelet, sino en su propia parroquia. La política no solo es asignar lo material, también es un acercamiento desde lo simbólico, desde lo lúdico.
Y ya que en la Asamblea Nacional el partido de gobierno estará en franca minoría, la posibilidad de aprobar proyectos de ley se dará solamente si priman los acuerdos, la negociación y la concesión de espacios.
Para ello, usted, Presidente Lasso, debe ser astuto para aprovechar los momentos que le sean favorables para allí proponer reformas legales, pero a la vez tiene que ser lo suficientemente firme para rechazar, desde el inicio, el intercambio de votos por hospitales o por otros cargos utilizados para generar fortunas a costa de los recursos públicos.
A eso están acostumbrados la mayoría de los 'independientes'. No se convierta en rehén de esa mafia desde el inicio de su gestión. Compense desde ya la ausencia de un bloque sólido en la Asamblea Nacional con la fortaleza que le puede dar ese legislador No 138, que es el pueblo y su respaldo.
Para ello, un Presidente no solo tiene que ser transparente sino también parecer que lo es. Al pueblo se le gana con decisiones que van en favor de las mayorías, pero también con actos pequeños que impactan en la opinión ciudadana.
No se ve bien, por ejemplo, que en un espacio tan importante como la Secretaría de Comunicación coloque a alguien que tiene vínculo sanguíneo con una exfuncionaria pública que ahora mismo es prófuga de la justicia por su participación en el caso Sobornos 2012-2016.
El hermano no tiene ninguna responsabilidad, dirá usted, y así es. Pero ante la ciudadanía, eso provoca suspicacias, dudas, desconfianza y descenso en la credibilidad. Esa credibilidad que ahora mismo usted, Presidente Lasso, debería cuidar como el mayor de sus tesoros políticos.
Tampoco se ve bien que su hijo, a días de que usted se posesione como Jefe de Estado, sea designado miembro del directorio de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador.
Cada persona, familia incluida, tiene la libertad de tomar sus propias decisiones, dirá usted. Eso es cierto. Pero, lamentablemente, cuando alguien ingresa a la vida pública las acciones de su entorno pesan. A veces mucho.
Ese es el costo de asumir un cargo de servicio a la comunidad como el que ejerce desde hoy. Si ya antes de este hecho las discusiones sobre los posibles conflictos de interés entre su actividad privada previa y el ejercicio de la Primera Magistratura se prestaban para diferentes lecturas, con lo que ha ocurrido lo único que se ha hecho es abonar para que las elucubraciones y conjeturas cundan.
En todo caso, esto recién empieza y usted, Presidente Lasso, está en condiciones aún de mantener los espacios de legitimidad que son parte de la luna de miel de los cien primeros días.
No afecte a los sectores más empobrecidos y todo marchará bien. No agreda a la ya debilitada clase media generando más impuestos y el país se lo agradecerá.
Si requiere más recursos económicos, lo que es obvio ahora mismo, provoque una gran reforma para cobrar los tributos a los grandes evasores. Esa sería una gran señal de parte de su gobierno. Esa sería una gran oportunidad de que el asambleísta No 138, ese que está ganándose la vida en el día a día, le dé su voto de confianza.
No es una cuestión difícil, es solamente una cuestión de decisión política.
Presidente Lasso, el país le desea lo mejor. Haga bien las cosas. Ejerza el poder y distribúyalo con criterio. Aléjese del adulador y acérquese al común de los votantes.
Evite decisiones polémicas que lo desgasten políticamente y esfuércese para cumplir el rol de un buen árbitro: ordenar el juego y pasar desapercibido.
Al final, en democracia quienes importan prioritariamente son los ciudadanos y menos, mucho menos, los gobernantes. Ustedes están ahí solamente de paso.