Leyenda Urbana
El presidente Lasso se ha vuelto un meme
Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC
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De un tiempo acá, semana tras semana, en un ritual agobiante, Guillermo Lasso comete errores de tal magnitud que lo mantienen al borde del abismo, al punto de que, al día de hoy, el Presidente de Ecuador parece un sobreviviente en el poder.
El más reciente dislate habrá de ser analizado en las aulas y centros de estudios, como un indecoroso gesto, impropio de quien ostenta la primera magistratura del Estado.
Lasso simula entregar las llaves de una casa a una sencilla mujer, pero, cuando ella se apresta a recogerlas, él las retira; repite la acción una y otra vez. "Cójala, pero cójala pues", le dice, entre sonrisas.
En ese punto, la solidaridad humana se ve quebrantada, signo de que Lasso habita en otra dimensión.
Si el gesto fue espontáneo, debería poner cuidado a su condición emocional; si fue premeditado, tendría recurrir a un especialista.
No cabe duda de que el Presidente Guillermo Lasso se ha desconectado de la realidad, por lo que el declive del liderazgo es evidente; mientras el poder ha sido degradado.
Lo más grave es que parece no tener a alguien cercano que le observe semejantes desatinos, porque ministros, altos funcionarios y asesores que conocen su temperamento, y prefieren mantenerse en el cargo, no se atreven a disgustar al jefe.
Así, Lasso gobierna a ciegas y sin darse cuenta.
Una cadena nacional teniendo a sus espaldas el avión que en campaña prometió vender; además de confirmar que ha incumplido su palabra, evidencia la improvisación y la ausencia de sentido de Estado para dirigirse a los ciudadanos, en momentos convulsos.
Con semejante ruido y un gran ventarrón como telón de fondo, destituye al ministro de Interior, Patricio Carillo. Y lo hace luego de elogiar su trabajo, evidencia patética de que desconoce la liturgia del poder.
Por si faltaba algo, 'decapita' a los generales de la Policía, sin observar los procedimientos y desconociendo la estructura de una organización jerárquica y piramidal.
La visita a la Escuela de Policía, para anunciar, in situ, que demolerá ese edifico donde fue asesinada María Belén Bernal, confirma que nadie logra persuadirlo y, si lo hacen, él los ignora.
Lanzada semejante iniciativa, que le valió un literal arrastre por las redes y los medios, donde uno que otro conoce las leyes y reglamentos, nadie del Gobierno pudo salir a sostener la propuesta, porque no había argumentos válidos.
Sí, lo hizo la Contraloría, pero para contradecirlo, al afirmar que no se puede demoler un bien público. El Presidente quedó colgado de la brocha. ¡Qué vergüenza!
Definitivamente, el Gobierno de Lasso es una calamidad; le faltan rumbo y decoro.
Luego de 'bronquearse' con todos los adversarios, hoy empieza a perder amigos y aliados, como Fernando Villavicencio, quien se ha batido por el Gobierno, más que los propios afiliados a CREO, en la Asamblea y fuera de ella.
Y lo hace por un tema tan sensible, como escandaloso: el caso Coca Codo Sinclair, con el oficialismo absteniéndose en la crucial votación para aprobar el informe de la Comisión de Fiscalización, que recomendaba no recibir la obra.
Las sospechas de que hay acuerdos con China para que no se reclame por esa central hidroeléctrica, que costó la colosal cifra de USD 3.300 millones, pero tiene al menos 17.499 fisuras.
Una obra por la que han pagado coimas y sobornos monumentales, y cuya construcción ha provocado una erosión regresiva de consecuencias cataclísmicas, que llegaría a afectar la propia casa de máquinas, no tiene nombre.
¡Sería la madre de todas las corrupciones!
De paso, deja en el aire la denuncia de la jefa del Comando Sur quien, durante su reciente visita a Ecuador, al hablar de mega proyectos financiados por China, aludió a la erosión de los ríos y la desestabilización de los ecosistemas.
En lo político, hay algo adicional e insólito, ante lo cual Carondelet ha preferido el silencio.
Rafael Correa acaba de revelar que Guillermo Lasso lo ha llamado para hablar de gobernabilidad. Lo habría hecho mientras se distanciaba del Partido Social Cristiano (PSC), aduciendo que tienen un pacto con el mismo Correa.
Al mendigar apoyo de un sentenciado por corrupción, Lasso ha antepuesto el poder a la dignidad.
Y hay algo más. Según el asambleísta Fernando Villavicencio, en pleno paro nacional, autoridades y funcionarios del Gobierno de Lasso se habrían reunido con Rony Aleaga, el de la piscina en Miami, quien les habría pedido "controlar a Villavicencio".
Blanquear la imagen a quienes arruinaron el país y reducir a cenizas las luchas de quienes nunca admitieron ni el autoritarismo ni la corrupción, es suicida.
Guillermo Lasso no se da cuenta de que el país hasta podría aguantar un desengaño, pero no la traición. Su destino estaría escrito.
A estas alturas, el Presidente de la República parece condenado a ser testigo de su propio funeral político. Su Gobierno es la suma de todos los errores. Son tantos, que Lasso ha terminado por convertirse en un meme permanente. Una caricatura de sí mismo.