Economía y Desarrollo
Premio Nobel para la economía de género
Doctor en Economía, máster en Economía del Desarrollo y en Política Pública. Director general académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
Actualizada:
Claudia Goldin es la tercera mujer en ganar el Premio Nobel de Economía, frente a 90 hombres que han sido galardonados.
Este reconocimiento tiene significancia por dar cuenta de la destacada participación de mujeres en la ciencia económica, muchas veces invisibilizada.
Pero además por la temática que la llevó a este premio:
"Por haber avanzado en nuestra comprensión de los resultados del mercado laboral de las mujeres".
Su aporte se da desde el análisis histórico de la economía, en cuanto a la participación de las mujeres en el mercado laboral y la desigualdad de ingresos que se genera.
Entre sus hallazgos se encuentra que la desigualdad de género se profundiza debido a normas de género impuestas socialmente y que se reproducen en el ejemplo de su madre, la cultura y roles familiares.
Es así que observa una reducción de la participación laboral de las mujeres en el paso de la sociedad agraria hacia la industrial, y luego un aumento con el desarrollo del sector de servicios.
La evidencia recopilada da cuenta de que persiste una diferencia de ingreso significativa que no se debe a diferencias de educación o preferencial laborales, sino bien con el nacimiento del primer hijo/a.
Entre las acciones que permiten mayor igualdad se ubican el acceso a métodos anticonceptivos y la libertad de planificar la vida familiar y profesional, así como la democratización de actividades del hogar y roles de cuidados entre hombres y mujeres.
En Ecuador, la desigualdad en el mercado laboral entre hombres y mujeres es muy alta.
Según datos de la Encuesta de Empleo (ENEMDU) a abril de 2023, el porcentaje de empleo adecuado es del 39,9% para los hombres, mientras que es de apenas del 28,5% para las mujeres.
En cuanto al ingreso laboral, se observa que los hombres ganan en promedio un 13,8% más que las mujeres; y que tienen 6 horas adicionales de empleo a la semana.
En contrapartida, las mujeres realizan 22 horas adicionales de trabajo no remunerado a la semana en comparación con los hombres, que se concentran en actividades domésticas y cuidado de personas, según datos de la Encuesta de Uso del Tiempo (EUT) de 2012.
La desigualdad es latente y la evidencia clara. Lo que falta es la voluntad para lograr una sociedad igualitaria, mediante un cambio estructural que en lo cultural elimine los roles y estereotipos para dar libertad real a todas las personas.
Y que en lo económico no ponga la carga del cuidado y el bienestar en los hogares y dentro de estos en las mujeres, sino que sean debidamente reconocidos y compensados en los salarios y los instrumentos de redistribución.