Dato y Relato
Ocho preguntas clave en la eliminación de los subsidios a los combustibles
Ph.D. en Economía Universidad de Boston, secretario general del FLAR y docente de la UDLA. Ex gerente general del Banco Central y exministro de finanzas de Ecuador, y alto funcionario de CAF y BID.
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Desde el punto de vista técnico, es absurdo subsidiar de manera general el consumo de los combustibles fósiles, como la gasolina, el diésel y el gas: es costoso, regresivo y ambientalmente nefasto.
Eliminar los subsidios o reducirlos de manera significativa y reemplazarlos con transferencias directas a la población más afectada sería lo correcto desde el punto de vista fiscal, distributivo y de sostenibilidad ambiental.
1. ¿Por qué es costoso?
En números redondos, el subsidio a los combustibles le cuesta cada año al gobierno ecuatoriano USD 3.400 millones, es decir alrededor del 3% del PIB. Este monto es mayor que todo el presupuesto para la educación o para la salud.
Puede seguir subiendo, conforme los precios internacionales del petróleo y derivados aumenten. Casi la totalidad de los recursos previstos en el programa de cuatro años con el FMI se esfumaría en un solo año para pagar dichos subsidios.
2. ¿Por qué es regresivo?
Un gasto o inversión pública es regresivo cuando beneficia principalmente a los más ricos. Usando una metodología desarrollada por el BID, solo el 7,5% de los subsidios a la gasolina y al diésel beneficiaría a la cuarta parte de la población más pobre. El resto se lo lleva la clase media y, en especial, la clase alta.
La intuición es obvia: la mayor parte de ellos beneficia a las familias más ricas, que manejan los vehículos más caros; a los sectores industriales y comerciales, y al contrabando de combustibles, que suele utilizarlos como insumo para la elaboración de drogas.
Un dato alarmante es el costo de subsidio en las provincias fronterizas. Mientras que el promedio nacional es de USD 111 por persona, en Zamora Chinchipe, El Oro y Carchi es de USD 170, 154 y 144, respectivamente.
3. ¿Por qué es ambientalmente tan negativo?
El consumo de combustibles fósiles entraña unos enormes costos ambientales, principalmente debido a la contaminación atmosférica local, los daños causados por el calentamiento global y su impacto sobre la salud pública.
Los precios subsidiados estimulan un mayor consumo y empeoran dichos impactos. Además de los gastos explícitos de vender barato algo que cuesta caro, la gran mayoría de los subsidios son implícitos, es decir que no reflejan los costos ambientales, la congestión y los problemas de salud.
La disminución de los subsidios reduciría la contaminación atmosférica, generaría ingresos para financiar gastos prioritarios en educación, salud, seguridad social y pública, y contribuiría sobremanera a la desaceleración del cambio climático.
4. Entonces, ¿por qué ha sido tan difícil eliminarlos?
Aparte de posiciones políticas e ideológicas, existen claros intereses económicos para oponerse a dicha eliminación, en especial de los grupos más beneficiados, como algunos sectores y grandes empresas, contrabandistas y narcotraficantes. PRIMICIAS describió algunos de los millonarios mecanismos de desvío de recursos.
Aparte de posiciones políticas e ideológicas, existen claros intereses económicos para oponerse a dicha eliminación, en especial de los grupos más beneficiados, como algunos sectores y grandes empresas, contrabandistas y narcotraficantes. PRIMICIAS describió algunos de los millonarios mecanismos de desvío de recursos.
Sorprende que algunos colectivos ambientalistas, como Yasunidos —a quienes apoyé en la consulta—, se opongan a la eliminación de los combustibles fósiles, porque se trataría de una “imposición del FMI”. La animadversión a este organismo no parecería ser un argumento suficiente. Por ejemplo, el Fondo también promovió las vacunas contra el Covid. ¿Se opondrían también a ello solo porque es una recomendación del FMI?
5. ¿Cómo proteger a la gente pobre más afectada con la medida?
Si bien la mayor parte del subsidio beneficia a los más ricos, el peso que tiene sobre los ingresos de los más pobres es mucho mayor. En otras palabras, un aumento de la gasolina pasaría inadvertido para la clase media y alta, pero se comería una parte importante de los ingresos de los más pobres y erosionaría su poca posibilidad de ahorro.
Para compensar este impacto negativo, en lugar de un subsidio general e ineficiente, como el de los combustibles, se lo sustituye por una transferencia directa solo a la población más afectada. Se evita así el desperdicio innecesario de recursos públicos.
6. ¿Desatará la inflación?
Además, el nivel de precios también está determinado por la situación de la demanda. No todo aumento de costos puede ser traslado a los consumidores si la demanda está deprimida, como es el caso de la economía ecuatoriana.
Además, el nivel de precios también está determinado por la situación de la demanda. No todo aumento de costos puede ser traslado a los consumidores si la demanda está deprimida, como es el caso de la economía ecuatoriana.
Además, el nivel de precios también está determinado por la situación de la demanda. No todo aumento de costos puede ser traslado a los consumidores si la demanda está deprimida, como es el caso de la economía ecuatoriana.
7. Aun así, ¿por qué persiste la oposición?
Hay razones genuinas que explican la preocupación de la gente más pobre y de los movimientos sociales. La población observa con certeza los costos de eliminar los subsidios, pero con incertidumbre los beneficios de las medidas compensatorias.
Este fenómeno, más conocido entre economistas y sicólogos como “aversión a las pérdidas”, está detrás del conocido refrán "más vale malo conocido que bueno por conocer". Algunos precios pueden ajustarse rápidamente, pero las transferencias y el aumento futuro del gasto social son percibidos como una quimera.
Además, no todos los afectados recibirán una compensación. Las filtraciones por exclusión dejan fuera de las transferencias directas a una población importante. Aquella que está marginalmente por encima de la línea de pobreza y no recibe el bono, tiene todos los costos y ninguna de las compensaciones
8. ¿Cuáles son los desafíos en el futuro?
Para empezar, será clave hacer que funcione la primera etapa en la eliminación del subsidio a la gasolina: se requerirá que el sistema de compensación sea creíble, eficiente y que cubra de manera efectiva a la población más afectada y vulnerable.
De igual manera, será fundamental una comunicación abierta y transparente para desmantelar algunos de los mitos sobre esta medida y mostrar beneficios tangibles para la población de un mejor uso de los recursos públicos, en un marco sin corrupción.
El desafío mayor será enfrentar de manera gradual el subsidio al diésel y al gas, que son los más significativos, y al mismo tiempo los más sensibles desde el punto de vista social y político. Ello deberá venir de la mano de un sistema de transporte público más eficiente, accesible y sostenible.
Los trágicos eventos de octubre de 2022 mostraron lo crucial que es dialogar con los actores sociales y políticos, y contar con una red de protección social efectiva y creíble que mitigue el impacto de una estrategia de reducción de subsidios a los combustibles.
En el mediano plazo, será fundamental una reforma al sector de hidrocarburos que aumente la competencia y la eficiencia, y elimine la corrupción en la comercialización de derivados.