Economía y Desarrollo
Erradicar la pobreza no es prioridad en el plan de desarrollo de Daniel Noboa
Doctor en Economía, máster en Economía del Desarrollo y en Política Pública. Director general académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
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Adam Smith señaló con claridad que "ninguna sociedad puede florecer y ser feliz, cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y miserables". El desarrollo, como lo señala Amartya Sen, es el proceso de expansión de libertades reales, lo que incluye la eliminación de la pobreza.
Es un consenso global que el desarrollo implica erradicar la pobreza. Es así como la primera meta del primero de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) establece el erradicar la pobreza extrema.
La línea de pobreza extrema en Ecuador se ubicó en USD 50,76 por persona al mes a diciembre de 2023, es decir, USD 1,69 al día. Es el costo de alimentos para cubrir la necesidad kilocalórica de subsistencia. La pobreza extrema significa no poder comer. En el Ecuador 1,6 millones (9,8% de la población) se encuentran en esta situación, principalmente niños, niñas y adolescentes.
En este marco, llama la atención que el recientemente aprobado Plan de Desarrollo “Para el Nuevo Ecuador” 2024-2025 se limite a proponer “reducir la tasa de pobreza extrema del 9,8% en el año 2023 al 9,1% en 2025”. Una variación que entra en el margen de error de la encuesta con la que se la mide. Es decir, el gobierno se conforma con mantener la pobreza extrema en sus niveles actuales, por encima del 8,2% que se registró en 2022 y del 7,7% alcanzado en 2014, y lejos del cumplimiento del compromiso global con los ODS.
La política que se plantea en el Plan de Desarrollo se limita a “contribuir a la reducción de la pobreza y pobreza extrema”. El verbo “contribuir” ubica al gobierno lejos del mandato establecido en el artículo 3 de la Constitución de la República, que establece como deber fundamental del Estado el erradicar la pobreza y redistribuir la riqueza.
En esa misma línea de reducir la responsabilidad del Estado se plantean estrategias para:
- Acompañar emprendimientos
- Desarrollar capacidades de acceso a crédito
- Promover asistencia técnica para actores de economía popular y solidaria.
El Plan de Desarrollo esquiva la responsabilidad del Estado y desconoce la necesidad de dar solución a las causas estructurales del empobrecimiento que se encuentran en las desigualdades económicas y sociales, la violencia y la discriminación.
Un “Nuevo Ecuador” demanda un país libre de pobreza. Es urgente que las prioridades de gobierno se ubiquen en el bienestar de las personas, especialmente de las más empobrecidas, es la única vía para alcanzar justicia y paz.