Contrapunto
El escritor Sergio del Molino investiga su enfermedad de la piel
Periodista y melómano. Ha sido corresponsal internacional, editor de información y editor general de medios de comunicación escritos en Ecuador.
Actualizada:
La novela autobiográfica de Sergio del Molino comienza con una cita fulminante atribuida a Vladimir Nabokov: "Todo estaría de maravilla de no ser por la maldita piel".
'La piel', Penguin Random House, Colombia, 2021, es una investigación, es autobiográfica, es el testimonio del escritor español acerca de la psoriasis, una enfermedad incurable, incluso misteriosa.
La piel es el órgano más grande de los humanos, señala su identidad; pero genera monstruos capaces de exterminar a otros seres. Genera la creación de personajes, tal como ha ocurrido en la literatura, apunta el escritor.
Hay monstruos que han tenido poder, que causaron la muerte de millones de personas; otros crearon personajes perversos mientras trataban de aliviar la desesperante picazón o escondían su piel hasta el cuello: "La piel de los niños es pura y lisa y la de los ancianos está llena de batallas y de vergüenzas".
John H. Updike
Con el personaje Conejo, el estadounidense se ganó todos los premios que se podía ganar un escritor neoyorkino, menos el Nobel, tal como ha ocurrido con Paul Auster o con Philip Roth.
Conejo, como resume Del Molino, era un desgraciado, un merodeador, un cobarde que prefería las sombras de los callejones a la luz del día. El Conejo, dice el español, era monstruoso, era lo que Updike sería si la enfermedad lo dominase.
Cindy Lauper
Muchos recuerdan que la canción 'Girls just want to have fun' se convirtió en un éxito y en un símbolo de la juventud estadounidense, que reclamaba cambios en la sociedad.
Todo iba bien, una carrera exitosa, hasta que un dermatólogo le confirmó el diagnóstico que se temía: "usted padece de una psoriasis muy grave".
En tiempos pasados hubiera sido condenada por bruja, relata Del Molino. Fue brutal, la enfermedad cubrió casi toda su piel con placas enormes, deformándola.
Pablo Escobar
Electo representante al Congreso de Colombia, el protocolo lo obligó a ponerse terno y corbata. El atuendo lo convirtió en un cuerpo embutido con su sudor y aparecieron sus picores. Era la psoriasis que trataba de aliviar con baños de más de dos horas bajo la ducha.
Una de las causas más poderosas de la vergüenza y la angustia que sienten los enfermos de la piel es que el mundo los toma por cerdos, narra Del Molino.
Vladimir Nabokov
Por el origen del nombre, el autor nacido en Rusia se refería a su enfermedad como 'el griego', "un brote de culpa, picor y camisas blancas llenas de sangre aparecen en toda su obra", apunta el escritor español.
No nos engañemos, dice Del Molino, Nabokov es Lolita, la obra que lo llevó a la fama y que fue censurada durante décadas en varios países. Sobrevivió a los bolcheviques y a los nazis, pero la psoriasis nunca lo abandonó.
Iósif Stalin
Emparentado con Hitler por el odio, el tirano soviético escondía la psoriasis con camisas siempre abotonadas hasta lo más alto del cuello. Stalin, Serguéiev y Kírov formaban un trío inseparable y representaban al bolchevismo menos intelectual.
Además de su esposa, Kírov fue el único que conoció el cuerpo de Stalin cubierto por la psoriasis. Compartían muchas horas en una piscina vacacional en Sochi. A Kírov lo amaba todo el pueblo, era popular, el tirano sintió celos. Kírov muere en un atentado y el acusado fue Trotsky.
Del Molino nos lleva a conocer a Felix von Luschan, quien después de viajar por todo el mundo creó un Pantone -o escala cromática- de 36 colores para la piel. Las razas puras no existen, afirmaba el antropólogo austríaco.
En este sorprendente libro se repasan todos los tratamientos, medicamentos y drogas para combatir la enfermedad; pero ¿el autor descubre la solución para su propia enfermedad?