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Papá Noel no existe y otras historias navideñas
Comunicadora, escritora y periodista. Corredora de maratón y ultramaratón. Autora del libro La Cinta Invisible, 5 Hábitos para Romperla.
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Cuando éramos niños, mi mamá nos explicaba que quien da los regalos es el Niño Jesús y que San Nicolás -llamado también Papá Noel o Santa Claus- lo ayuda.
Y nos contaba la historia de ese hombre generoso, Nicolás de Bari, que repartía regalos a los niños la noche de navidad.
En nuestra familia siempre hay niños: somos 10 hermanos, entonces esta explicación se ha mantenido año tras año y a nadie se le ocurre buscar otra.
Nos encanta esta época, armamos nacimientos, rezamos la novena y cantamos villancicos por horas, hasta que alguien dice:
-¡Yaaa vamos a comer!
Mi esposo hace un chocolate caliente que cada vez le queda más rico.
En mi caso particular, estoy convencida de que Dios -niño o grande- nos ayuda de varias maneras a los papás y a las mamás, a tener recursos para compartir regalos no solo con los hijos sino con quien más lo necesite.
Y nos da alegría pese a los problemas.
Como dice Kike Delgado, "en nuestro peregrinar cotidiano, atravesar el Adviento (la espera de Nochebuena) es atravesar muchas veces el sinsabor y dejarnos alcanzar por el asombro".
Pasaron los años y me encontré con Diego en una reunión navideña, quien cuando era niño que me dijo que no creía en Papá Noel, y le recordé ese diálogo que tuvimos cuando él estaba en preescolar y yo era su profesora.
Se puso serio. Me dijo que desde entonces había elegido creer en la magia de navidad.
-Yo era un niño feliz hasta que un día, cuando tenía 14 años, llamaron a mi casa y me avisaron del accidente de mi hermano.
Su hermano no se recuperó del todo y es una preocupación para su familia.
-Fui niño hasta los 14 años, y eso quiero para mis hijos. La magia de navidad se quedó para siempre en mi casa.