Efecto Mariposa
Una sola persona podría salvar muchas vidas, si se lo permiten
Profesora e Investigadora del Departamento de Economía Cuantitativa de la Escuela Politécnica Nacional EPN. Doctora en Economía. Investiga sobre temas relacionados con pobreza y desigualdad.
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Quienes deciden donar sus órganos, tejidos y células hacen regalos invaluables de vida.
De hecho, una sola persona puede salvar o mejorar hasta 75 vidas, a través de la donación de sus órganos y tejidos, después de su fallecimiento.
Los órganos que se pueden donar son: el corazón, los pulmones, el hígado, el páncreas y los intestinos.
Entre los tejidos constan las córneas, la piel, los huesos, las válvulas cardíacas y los tendones. En la donación de células se contemplan la médula ósea y las células madre.
La cantidad de vidas que una persona fallecida puede salvar, al ser donante, depende de la causa de su muerte, de su edad, de su estado de salud y, por supuesto, de la decisión de donar que hubiere manifestado en vida.
Según la Ley Orgánica de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células, los ecuatorianos y extranjeros residentes en Ecuador, mayores de 18 años, se convertirán al fallecer en donantes, a menos que en vida hubieren manifestado expresamente su voluntad de no hacerlo.
Para no ser donante, al obtener o renovar la cédula, se debe manifestar esta decisión en el Registro Civil, que es el encargado de registrar la voluntad de las personas con relación a la donación de órganos.
El 63% de la población mayor de 18 años ha manifestado su intención de ser donante voluntario, mientras que el 13% es donante por ley.
Con respecto a quienes no son donantes, el 24% de la población mayor de edad ha manifestado su voluntad de no ser donante de órganos, células y tejidos.
El año pasado ese porcentaje fue de 18%; es decir, aumentó la cantidad de personas que no desean donar sus órganos, tejidos y células.
Mientras el número de donantes disminuye en Ecuador, unas 890 personas aguardan, en la Lista de Espera Única Nacional, por una donación que les permita salvar o mejorar sus vidas.
La Lista de Espera Única Nacional es el único registro de personas que necesitan un trasplante, y es administrada por el Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células (INDOT). Las donaciones se distribuyen respetando esa lista.
El 61% de las personas que actualmente está en la Lista de espera aguarda por un donante de córneas. Por un riñón espera el 36%; y el 3% restante necesita un trasplante hepático o cardíaco.
En el país se realizan los siguientes trasplantes: de córneas y renales en niños y adultos; de hígado en adultos, y de médula ósea.
En 2019, se hicieron 677 trasplantes. Durante la pandemia se redujo el número de procedimientos, pero en 2022 comenzaron a aumentar y ese año hubo 597 trasplantes.
Durante los tres primeros meses de 2023, en el país se han realizado 124 trasplantes, siendo los más comunes los de córneas (36%), renales (26%) y de médula ósea (23%).
Llama la atención que, de los 45 trasplantes de córneas registrados este año, apenas dos fueran con córneas nacionales, el resto de estos trasplantes se hicieron con córneas importadas.
Según el personal médico, esto se debe a que en Ecuador no existen insumos necesarios para la conservación de las córneas.
Si no se toman medidas urgentes, las listas de espera para recibir órganos y tejidos seguirán aumentando, pues hay que sortear dos problemas.
El primero es incrementar el número de donantes de órganos, tejidos y células.
El segundo es asignar oportunamente el presupuesto para comprar los insumos necesarios para la conservación de los órganos y tejidos, y que las compras se hagan a tiempo.
Por ejemplo, en el caso de las córneas, a pesar de que hay donantes, no se pueden utilizar en trasplantes por falta de insumos para conservarlas hasta el momento de la cirugía.
Si bien una forma de resolver los problemas mencionados es a través de campañas para fomentar la donación, no sirve de nada si el Gobierno no hace su parte.
La Constitución de 2008 dice que el Estado debe garantizar la salud de los ecuatorianos y, en ese sentido, la Ley Orgánica de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células establece que los órganos, tejidos y células, independientemente del lugar de su ablación o extirpación, son responsabilidad del Ministerio de Salud Pública, incluyendo su uso adecuado.
Así, la responsabilidad de salvar las vidas o mejorar las de los pacientes que esperan por el trasplante recae sobre un Estado que parece que no existe y que no sabe que debe garantizar la vida digna de todos.
Las donaciones de órganos son un regalo de vida que no debería ser desperdiciado por culpa de la inacción estatal.