Con Criterio Liberal
El valor de la opinión
Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.
Actualizada:
Esta es una columna de opinión.
Y estoy muy orgulloso de poder dar mi opinión y que ustedes la consideren lo suficiente como para invertir su tiempo en leerla.
Sin embargo, vivimos en sociedades que parecen menospreciar las opiniones con expresiones como "eso es sólo tu opinión". Cuando en una sociedad moderna, una de las cosas que más nos define es, precisamente, nuestra opinión.
Pocas cosas tenemos de tanto valor como nuestra opinión, que es lo que nos sitúa como ciudadanos miembros de la sociedad que participamos en ella, expresando cómo nos gustaría que fuera.
Y aunque todos tenemos derecho a tener nuestra opinión, no todas las opiniones valen lo mismo.
De hecho, una de las cosas que más nos pueden diferenciar en la sociedad es que los demás tengan en estima nuestra opinión, que respeten nuestra manera de entender el mundo.
Hay muchas profesiones que consisten, básicamente, en emitir opiniones, y todo el prestigio profesional se circunscribe al valor de esas opiniones.
Así, el abogado da su opinión jurídica, el médico da su criterio médico, el consultor su opinión sobre un problema en la empresa y el consejero matrimonial sobre la pareja.
Y a nadie se le ocurriría menospreciar esas profesiones con un "eso es sólo tu opinión".
Aunque todos tenemos derecho a tener nuestra opinión, no todas las opiniones valen lo mismo.
El problema es que en nuestras sociedades queremos sustituir la legítima opinión, que configura sociedades democráticas y plurales, por la supuesta objetividad de los expertos.
Los expertos, en realidad, son personas a las que se considera con ciertos conocimientos y experiencia en una materia como para emitir una opinión cualificada.
Pero el cientificismo que nos invade quiere hacernos creer que los expertos o que la ciencia dice X o que dato mata relato son criterios de ordenación de la sociedad superiores a la mera opinión de los miembros de esa sociedad.
El mundo es infinitamente más complejo que sólo encontrar una "solución" a los problemas sociales, pues primero hay que valorar qué problemas afrontar y qué prioridad darles.
Por eso, ante los problemas complejos sociales, no sólo lo más democrático y justo, sino que la mejor manera de hallar soluciones satisfactorias, es agregar las opiniones de los distintos miembros de la sociedad.
Aunque no todas las opiniones pesan igual. Una de las cosas más nobles que podemos lograr en la vida es que nuestros semejantes consideren nuestra opinión valiosa.
Y eso se hace a base de emitir opiniones que, por argumentadas, coherentes y sólidas, los demás van considerando que les aporta un criterio.
Para ello la cultura, la experiencia, la tradición y las lecturas aportan al valor de las opiniones.
Y, con el tiempo, va habiendo opiniones que respetamos y consideramos más que otras.
Así que sí, esta columna es una opinión. Pero no es sólo una opinión.
Es una opinión y, precisamente por ello, tiene valor.