Contrapunto
Mozart compuso 22 óperas, la mayoría italianas
Periodista y melómano. Ha sido corresponsal internacional, editor de información y editor general de medios de comunicación escritos en Ecuador.
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Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) nunca termina de sorprender, no solo porque fue considerado un prodigio de la música clásica, sino porque en todos los géneros en los que incursionó siempre fue el mejor.
La mayor evidencia es que en un periodo muy corto escribió 22 óperas, de las cuales 14 en italiano y ocho en alemán, incluso hay alguna no catalogada, con libreto en latín.
A los 15 años ya había escrito una obra teatral en alemán, pero convenció a su padre Leopold -también músico- de que lo llevara a Italia porque ahí se practicaba el bel canto y quería aprenderlo.
Y ya había visitado el centro europeo y París, incluso había viajado a Londres, pero obstinado como era, insistió en conocer y aprender de la lírica italiana y le fue bien, según coinciden varios musicólogos.
A Italia viajó en tres ocasiones, primero conoció la evolución de ese país en la música instrumental y luego se concentró en las obras escénicas.
Aunque sus primeros escarceos operísticos los había ensayado en Viena, Leopold Mozart, que fungía de empresario del hijo, estaba al tanto de la supremacía italiana en las artes escénicas y apoyó sus viajes.
En 1770, poco antes de cumplir 15 años, obtuvo un valioso encargo para componer lo que sería su primera ópera: 'Mitridate, re del Ponto'.
El musicólogo Roger Alier corrobora que después de esa ópera, Leopold Mozart se había convencido de que el hijo "para hacerse valer necesitaba de una buena experiencia italiana".
Mozart amplió y perfeccionó el lenguaje operístico con 'Idomeneo, re de Creta', y más tarde con tres óperas bufas de altísimo nivel, compuestas con los libretos de Lorenzo da Ponte que, en 1781, trabajaba al servicio de la corte de Viena.
Las seis obras que consagraron a Mozart:
- Die Entführung aus dem Serail (El rapto en el Serallo). Ópera Singspiel, libreto de Gottlob Stephanie (1782).
- Le nozzle di Figaro (Las bodas de Fígaro). Ópera bufa, libreto de Lorenzo da Ponte (1784).
- Don Giovanni (Don Juan). Ópera bufa, libreto de Lorenzo da Ponte (1787).
- Così fan tutte (Así hacen todas). Ópera bufa, libreto de Lorenzo da Ponte (1790).
- La clemenza di Tito (La clemencia de Tito). Ópera seria, libreto de Caterino Mazzolà (1791).
- (6) Die Zauberflöte (La flauta mágica). Ópera Singspiel, libreto de Emanuel Schikaneder (1791).
Esta última es considerada la obra postrera de Mozart que, para cerrar su ciclo, prefirió volver a la inicial ópera alemana. Al mismo tiempo, señala la historia, componía su famosísimo Réquiem.
El musicólogo Alier subraya que el encuentro del músico de Salzburgo con el libretista Schikaneder ocurrió en la logia masónica, que le había servido al compositor como apoyo moral y económico en los difíciles años entre 1787 y 1790.
También fue un reencuentro de Mozart con la ópera alemana, que había abandonado tras 'El rapto en el Serallo', de 1782.
Respecto de 'La flauta mágica', que tuvo un éxito rotundo en Austria y en Alemania, no fue hasta "bien entrado el siglo XX" que se convirtió en una de las óperas más populares en el escenario mundial, anota el musicólogo.
En 'El triunfo de la música', de Tim Blanning, se dice que los estrenos de 'La clemencia de Tito, en Praga', y 'La flauta mágica', en Viena, "mostraron a un Mozart en plenitud de facultades, tanto en la ópera seria como en el Singspiel".
Y remata que si las fiebres reumáticas no se lo hubieran llevado a la edad de 35 años, "lo más probable es que hubiera disfrutado de un éxito material y un prestigio comparables a los de Haydn".