Contrapunto
La Oda de Schiller que inmortalizó Beethoven en su más famosa sinfonía
Periodista y melómano. Ha sido corresponsal internacional, editor de información y editor general de medios de comunicación escritos en Ecuador.
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Friedrich Schiller (1759-1805) fue junto con Johann Wolfgang Goethe (1749-1842) el poeta más importante de Alemania; entre sus obras destaca la 'Oda a la alegría' que Ludwig van Beethoven (1770-1827) incluyó en su inmortal Novena Sinfonía coral en re menor, opus 125.
¡Oh, amigos, dejemos esos tonos!
¡Entonemos cantos más agradables y llenos de alegría!
¡Alegría! ¡Alegría!
¡Alegría, hermoso destello de los dioses, hija del Elíseo!
Ebrios de entusiasmo entramos, diosa celestial, en tu santuario.
Tu hechizo une de nuevo lo que la acerba costumbre había separado;
todos los hombres vuelven a ser hermanos allí donde tu suave ala se posa.
Las tres primeras líneas de este poema de Schiller (en cursivas) fueron introducidas por Beethoven, que fue el primer compositor en incluir, en el cuarto movimiento, una parte coral.
Las biografías de Beethoven coinciden que al músico se le metió en la cabeza la idea de musicalizar el poema desde 1792, cuando el músico contaba 22 años y se sentía seducido por los conceptos de la Revolución Francesa de 1789.
Pero tuvieron que pasar 31 años más para que esa idea se concrete, porque la sinfonía la estrenaría en 1824 en Viena; y por lo tanto, ni el mismo Schiller pudo apreciar el éxito de su poema y la genialidad de Beethoven.
Tres años antes de la Revolución Francesa, en 1786, los anhelos de igualdad, fraternidad y libertad los había proclamado Schiller al fundar la Sturm und Drang (tormenta e ímpetu) un movimiento integrado por artistas y poetas.
Toda la obra del poeta alemán estuvo motivada por la idea de la libertad.
De oda a himno
Creada como una composición lírica por Schiller, y tras la fama que le dio Beethoven, en el transcurso del tiempo esta obra se transformó en un himno representativo de países y de posiciones políticas:
- El general Otto von Bismarck (1815-1898), fundador de la Alemania moderna, la utilizó para levantar la moral de su ejército.
- En 1984 la Unión Europea la declaró su himno oficial, y en 1989, tras la caída del Muro de Berlín, que derivó en la reunificación de Alemania, para festejar el suceso fue interpretada por Leonard Bernstein.
- Pero antes, durante la Guerra Fría, cuando el muro marcaba la división entre la República Federal Alemana y la República Democrática Alemana, los dos países usaron el mismo himno durante unos Juegos Olímpicos.
- “Escucha hermano la canción de la alegría, el canto alegre del que espera un nuevo día…”, fue la canción que popularizó el español Miguel Ríos en 1970.
No fue solo la Oda de Schiller la que inspiró a grandes músicos, otros poemas suyos también fueron adaptados, musicalmente hablando.
Por ejemplo, Guillermo Tell, el personaje legendario de la independencia suiza inspiró a Rossini en 1829 para crear esa famosa obertura. La doncella o la virgen de Orleans, también traducida al español como Juana de Arco, otra obra de Schiller inspiró a las óperas de Giuseppe Verdi con el nombre de Juana de Arco y a Tchaikovsky con La doncella de Orleans.
Otro dato curioso de esta famosa oda es que, en la primera impresión de la obra, que a Schiller no lo había dejado satisfecho, la tituló 'Oda a la libertad', que fue la primera versión que había leído Beethoven.
Pero Schiller escribió a su amigo jurista Christian Gottfried Körner para manifestarle que la oda no tenía un gran valor para la humanidad, porque parecía “alejada de la realidad”.
La revisó nuevamente antes de publicarla con el título definitivo de 'Oda a la alegría', convertida con el tiempo en la mayor creación del maestro y compositor alemán, considerada entre las más espectaculares obras instrumentales y además coral.