En Pocas Palabras
Bienvenidos a la nueva (a)normalidad empresarial
Director Nacional de Investigación y Estudios de la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros de Ecuador e Investigador Asociado en ESAI Business School de la Universidad Espíritu Santo.
Actualizada:
Es bien conocido que el uso de las tecnologías impulsa la productividad empresarial (para mayor detalle mire Cardona, M., Kretschmer, T., & Strobel, T. (2013); donde hay una vasta revisión de la literatura sobre el tema).
También es cierto que la innovación genera mayor crecimiento del desempeño empresarial (ver Mohnen, P. & Hall, B. H. (2013), donde revisan la literatura sobre este tema y donde añaden posibles efectos de complementariedad entre la innovación tecnológica y no tecnológica).
¿Cuán lejos está Ecuador de comprender estas dos cuestiones clave para el crecimiento del tejido empresarial? Pues, tuvimos que esperar a que llegue el Covid-19 para que las empresas comiencen a acelerar sus procesos de transformación tecnológica.
La nueva (a)normalidad empresarial viene acompañada de un sinnúmero de retos, no solo para las empresas sino también para el Gobierno. Sin embargo, es claro que el primer paso lo han tenido que dar las empresas, para evitar futuros problemas de falta de liquidez (para una revisión de este tópico mire: Camino-Mogro, S., Ordeñana, X., & Portalanza, A. (2020).
En este sentido, las empresas han tenido que cambiar sus procesos, su forma de venta, su forma de trabajar, pero sobre todo su mentalidad.
Se han abierto al uso intensivo de la tecnología (no les quedaba otra), han creado aplicaciones móviles, empezaron a usar el teletrabajo (y en algunos casos se han dado cuenta de que es efectivo), pero sobre todo han entendido que la nueva (a)normalidad les ha permitido innovar (se dice que son las crisis las que nos permiten generar cambios), y que necesitan estar en constante cambio y no estancarse.
Por ejemplo, una famosa cafetería en Guayaquil no estaba en las clásicas aplicaciones móviles de comida a domicilio, pasó prácticamente el primer mes de aislamiento social sin ventas, acoplándose para poder ingresar a estas aplicaciones y empezar a vender.
Pero innovó, se metió en un mundo tal vez desconocido para ellos, ¿qué les toca ahora? Entender que el grueso de sus ventas será en línea y ya no en sus locales.
Los negocios deben facilitar y potenciar el uso de medios de pago metálicos, tarjetas de crédito y débito, y así ir sustituyendo al efectivo, por ejemplo, esto sería más relevante en las ventas para llevar. Sin embargo, implica un aumento de la inclusión financiera en el país, que las empresas por si solas no lo pueden hacer, necesitan de apoyo gubernamental.
Por otro lado, el Gobierno debe entender que la nueva (a)normalidad empresarial necesita ser impulsada puesto que algunas empresas necesitan ayudas desde lo más básico.
Estas ayudas no necesariamente deben ser subsidios o recortes de impuestos. Pero, regular mejor las telecomunicaciones y disminuir las tarifas de Internet es algo que les puede servir a los ciudadanos para comprar en línea y a las empresas para vender, y esto debe ir acompañado de una mejor cobertura.
Impulsar el cambio tecnológico casa adentro ayudaría a que, en la gran mayoría de instituciones públicas, los trámites sean completamente digitales, esto disminuiría los costos asociados a tramitología y aumentaría la transparencia de la información.
Finalmente, Bloom, N., Van Reenen, J., & Williams, H. (2019) mencionan un kit de herramientas de política de innovación. Me quedo con la que para mí es la prioritaria en estos momentos: créditos fiscales de I + D.