Análisis Económico
"No vamos a subir impuestos", anunció Lenin
Director general de Perspectiva, consultora de asuntos económicos y empresariales. Docente de posgrado en macroeconomía y políticas públicas. Realiza análisis coyunturales del Ecuador para The Economist Intelligence Unit (EIU).
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Y, por último, la recaudación de los Gobiernos Autónomos Descentralizados (municipios, etcétera) que en promedio representa el 5% de la carga impositiva.
En total, el año pasado los ecuatorianos dimos un 'apoyo directo' al Estado de más de USD 22.600 millones. Un esfuerzo extra importante, considerando la difícil situación que atravesamos los hogares y las empresas.
En segundo lugar, los ecuatorianos ya venimos haciendo esfuerzos extra por varios años. La carga fiscal que soportamos creció del 12% al 22% en el periodo 2000-2018. Este incremento se debe en mayor parte al aumento de impuestos y aranceles que se dieron durante la última década.
De hecho, la recaudación tributaria durante los últimos años creció muy por encima del PIB. En términos reales, creció en promedio 6%, mientras que la producción creció apenas 3%.
Esto implica que cada año tengamos que trabajar menos para nuestras familias y negocios, y más para el Estado.
Lo más lamentable es la mala administración. La mayoría de estos recursos recaudados por el Estado se van a gastos improductivos, pago de deudas, coimas e ineficiencias que impiden un aprovechamiento óptimo del dinero. O al menos un gran impacto social.
Sacarnos más dinero aumentando los impuestos, temporal o definitivamente, es la salida fácil y habitual de los políticos. Para ellos, nunca el esfuerzo ciudadano ha sido ni será suficiente. Siempre querrán más. Por eso el camino es un Estado mínimo que contenga esa ansiedad política. Con una red de protección sólida para los más necesitados y con injerencias mínimas sobre los ingresos de los individuos.
Subir los impuestos no es la solución a las dificultades financieras del Estado. Es un agravante que perjudicará la economía. El problema no es de ingresos, es de gastos, de mala administración fiscal. Los hogares y las empresas no somos la vaca lechera del Estado a la cual se exprime cada vez que se quiere.
Que se recaude más, pero por la mayor producción. Que el Estado gaste, pero acorde a sus ingresos. Que el Presidente cumpla su palabra de no subir impuestos, y los ministros de eliminen el gasto público improductivo. Y que quede claro, el esfuerzo extra y el apoyo directo han sido constantes.