Con Criterio Liberal
Una Navidad que es una repetición muy especial de este hiato temporal
Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.
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Encerrados y sin poder celebrar con la familia lejana o extendida se aproxima una nueva Navidad. Una Navidad muy especial.
Decía Mircea Elíade en 'Lo sagrado y lo profano' que "como el espacio, el Tiempo no es, para el hombre religioso, homogéneo ni continuo", y la Navidad es, para el cristiano, y en general para toda la Civilización Occidental que la celebra, un paréntesis en el tiempo, un paréntesis que nos retrotrae a un nacimiento renovado año a año... por más de dos mil años.
Y este año 2020 cobra un especial significado, pues pareciera que el tiempo ha hecho un hiato, que se ha detenido en esta distópica pandémica y aún no lo hemos reanudado.
Y en este tiempo detenido, en esta celebración repetida año a año, nos podemos dar un respiro para pensar en lo próximo y en lo lejano, en lo presente y en lo ausente.
En todo lo que valoramos de la religión cristiana y la civilización occidental, que celebra la Navidad, que celebra la vida con un nacimiento, el de Aquel Que Ha Vencido a la Muerte, no puede haber nada más bello ni más importante.
Pero también este año pensaremos en las ausencias, en los que fallecieron, en los que no estarán en la cena con nosotros por las restricciones, en quienes han perdido su trabajo, sus negocios, sus oportunidades y sus proyectos, en quienes lo han pasado y lo siguen pasando mal, en quienes han emigrado, en quienes sufren.
La economía se ha hundido, y con ella lo han hecho también las ilusiones y los proyectos de millones de seres humanos.
Y aún seguimos encerrados, y no sabemos ni siquiera hasta cuando. En marzo los expertos nos dijeron que serían dos semanas, llevamos 40 y aún seguimos esperando el permiso para salir, toda una sociedad de adolescentes pidiendo autorización a papá Estado.
Me gustaría ser optimista y pensar que este encierro nos ha hecho más sabios y mejores, que hemos aprendido las lecciones.
Me temo que no es así, que a nivel social no se aprende, ni siquiera sabemos aun si los confinamientos funcionan para evitar la propagación del virus, o si compensa imponerlos, y seguimos creyendo en ellos.
Aún no sabemos ni quienes son los expertos que ordenan nuestras vidas, ni qué criterios tienen para ello, pero seguimos invocando su autoridad. Aún no sabemos qué consecuencias tendrá este experimento social de confinamientos masivos, pero seguimos abogando por seguirlos.
Espero, eso sí, que hayamos aprendido las lecciones a nivel individual. La sabiduría de cada uno suele ser mucho más profunda que la general.
Que no poder celebrar la Navidad como solíamos, nos haga apreciar todo lo bueno que tenía hacerlo como lo hacíamos.
Que no poder salir de casa, nos haga apreciar lo maravilloso que teníamos en la misma, la vida interior, recogida.
Que tantos no hayan podido trabajar, nos haga apreciar el valor del trabajo y de la producción.
Por todo ello yo les deseo una muy feliz Navidad en este 2020.