Efecto Mariposa
Navidad: luces, regalos y la tristeza invisible
Profesora e Investigadora del Departamento de Economía Cuantitativa de la Escuela Politécnica Nacional EPN. Doctora en Economía. Investiga sobre temas relacionados con pobreza y desigualdad.
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La Navidad es sinónimo de alegría, pero no para todos. Sí, aunque exista una obligación sobreentendida de estar felices en esta época, las luces, las fiestas y las compras no traen júbilo a muchas personas que experimentan la tristeza navideña.
La tristeza navideña es una emoción temporal que aparece entre noviembre y diciembre, y está relacionada con las fiestas de la Natividad.
Incluso personas que normalmente se sienten satisfechas con su vida pueden sentirse tristes en la Navidad por diferentes causas. A continuación, menciono algunas de estas.
Presión social
En la época navideña, las fiestas, cenas y celebraciones se multiplican hasta tal punto que, en algunas ocasiones, ni el tiempo, ni la energía, ni el dinero alcanzan para cumplir con todos los compromisos. Algunas personas simplemente no pueden acompañar el ritmo frenético de las fiestas y sienten ansiedad.
En diciembre aparecen las cenas del trabajo, con los nuevos amigos, la comida con los amigos de toda la vida, la salida con los compañeros de la escuelita, con los del barrio, con los del fútbol, con todos los que aparezcan.
Igualmente, están los compromisos con los parientes, y aunque la familia puede ser un nido de amor, también puede ser un espacio para situaciones inconvenientes, cuando las preguntas incómodas, los comentarios desatinados o las discusiones estériles de política caracterizan a las reuniones familiares.
Presión financiera
Para algunas personas, el mes de diciembre se traduce en gastar en regalos que se dan sin ganas y con plata que no siempre hay, originando deudas innecesarias que solo generan ansiedad.
Recuerdos
Se puede experimentar la tristeza navideña porque es una época que puede revivir recuerdos de situaciones dolorosas o traumáticas. Por ejemplo, hay adultos que no disfrutan de las fiestas navideñas porque cuando fueron niños vivieron en sus hogares episodios de violencia o privaciones extremas.
Emociones intensas
Así como las expectativas de felicidad se sienten más fuertes en esta época del año, también se intensifican emociones, como la soledad, sea por la pérdida de seres queridos, por estar lejos de la familia o por situaciones complejas de distinta índole, haciendo que las personas se sientan tristes en la Navidad.
Razones clínicas
En la temporada navideña, las personas que tienen problemas de salud mental preexistentes, como depresión, pueden ver su condición de salud exacerbada. En este caso, no se habla de la tristeza navideña propiamente, sino de una situación que necesariamente debe tener atención profesional de manera oportuna.
Si usted, amable lector, se identificó con una o más de las causas de la tristeza navideña, sepa que no está solo y que no es extraño sentirse así, pues algunas personas experimentan esta emoción que ya ha sido estudiada por distintos especialistas de la psicología, quienes ofrecen algunas sugerencias para sobrellevar la época.
- La primera recomendación es ser honesto, no con los otros, sino con usted mismo. Esto implica aceptar las emociones, en lugar de recriminarse por no estar eufórico o aparentar lo que no se siente.
- Después, se sugiere dedicar tiempo a actividades que realmente le traigan gozo y que no necesariamente tienen un sabor navideño. Por ejemplo, puede ir a la montaña, leer, dedicarle tiempo a su hobby.
- Asimismo, se recomienda aprender a decir que no; aprender a poner límites saludables. Si las invitaciones, gastar dinero escaso o tantas farras le generan estrés y le dejan agotado, si se siente abrumado, ámese y recuse las invitaciones con gentileza.
- Si se encuentra en el otro extremo, experimentando soledad o exclusión, puede hacer una actividad en un lugar que haya más gente, buscar grupos de apoyo.
- También se aconseja pedir ayuda. Si siente que la tristeza le está sobrepasando, puede hablar con personas que entiendan su situación sin juzgarlo, y que no le digan que para no estar triste hay que ponerse feliz.
- La aplicación AnimaEc u organizaciones como el Teléfono Amigo ofrecen atención profesional gratuita para acompañar a personas que están atravesando por periodos de crisis.
- Los especialistas también recomiendan hacer actividad física, como una forma de atenuar los efectos de la tristeza.
Por último, se recomienda buscar otro significado a la Navidad, más allá del consumismo, enfocándose en la empatía, la solidaridad y el amor hacia los demás. Este nuevo enfoque puede iluminar este periodo. Esta sugerencia se puede practicar independientemente de las creencias religiosas.
La tristeza navideña no debe ser motivo de vergüenza ni un tema tabú. Ante todo, es esencial ser compasivos con nosotros mismos y con los demás.
En estas festividades, recordemos que el verdadero espíritu navideño radica en el cuidado mutuo y la comprensión. Encontrar formas de cuidado propio y para los otros puede convertir esta época en una experiencia más llevadera y significativa para todos.