El temible elefante que se metió en la campaña política
Es periodista y directora de PRIMICIAS.
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Las elecciones de 2023 han sido un espejo de lo que pasa en Ecuador. Además de la final de vértigo, en un país predeciblemente impredecible, se ha sentado en la sala un elefante del que vemos apenas la sombra.
Una silueta que nos muestra un tipo de violencia, como dice la OEA, desconocido en Ecuador y que tiene lazos con las lógicas del crimen organizado.
Cuando la campaña estaba por empezar, el candidato a concejal de Manta por Revolución Ciudadana, Gerardo Delgado, fue asesinado por sicarios.
Luego, el país se horrorizó con la muerte del candidato a la alcaldía de Salinas (Santa Elena), Julio César Farachio Drouet, de Sociedad Patriótica, Mover y Unidad Popular, asesinado el 21 de enero.
Y el 4 de febrero, en vísperas de los comicios, mataron al candidato de Revolución Ciudadana para la alcaldía de Puerto López (Manabí), Omar Menéndez.
La estrategia del Gobierno ante la escalada de violencia ha sido una política de contención, es decir, movilizar a las fuerzas de seguridad del Estado y anunciar la compra de equipos y de armamento.
Tratar de contener al elefante para que no destruya la casa por completo.
Pero el Gobierno sabe que no alcanza con capturar a presuntos sicarios, con meter a la cárcel a cabecillas de bandas y con incautar drogas. Hay que desarticular a las organizaciones criminales.
Una tarea que se traduce en desbaratar las estructuras financieras del crimen organizado.
Ahí está el Talón de Aquiles del Estado que intenta espantar al salvaje elefante: faltan fiscales especializados en delitos financieros y en lavado de activos.
La Unidad de Análisis Financiero y Económico (UAFE) sigue siendo una rueda suelta. No está interconectada con las bases de datos de entidades clave del Estado para cruzar una información sin la cual no puede desentrañar al elefante.
Y hay más debilidades, que señala el Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (Gafilat), que es la autoridad internacional en la materia.
El último estudio de Gafilat muestra que, aunque la UAFE emite una buena cantidad de informes sobre movimientos inusuales de dinero y de activos, es pequeño el porcentaje de reportes vinculados a delitos como el narcotráfico.
Y más bajo aún es el número de Reportes de Operaciones Inusuales e Injustificadas, emitidos por la UAFE, que terminan en investigaciones y sentencias.
Que el Gobierno sabe que el elefante ha entrado en la campaña y en la política, lo dice su anuncio de que expondrá a una lista de narcopolíticos y a sus financistas.
Que el elefante está allí lo demuestra la violencia inédita que hemos visto en estas elecciones. Ahora solo falta exponer los mecanismos del elefante por dentro, "caiga quien caiga".