Contrapunto
Es música culta occidental según Pola Suárez Urtubey
Periodista y melómano. Ha sido corresponsal internacional, editor de información y editor general de medios de comunicación escritos en Ecuador.
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El término más utilizado es música clásica, algunos la denominan académica, pero los más estudiosos, incluidos los musicólogos, prefieren diferenciarla por períodos -barroca, clásica, romántica, contemporánea- y tienen toda la razón.
Mientras tanto, quedémonos con la definición de la más grande historiadora de la música, la argentina Pola Suárez Urtubey, fallecida en marzo de este año, un mes antes de cumplir 90; ella prefirió denominarla música culta occidental.
Autora de más de una decena de libros sobre música, era columnista del diario La Nación, profesora universitaria, fue alumna de Alberto Ginastera y escribía los programas de mano de toda la música que se presentaba en el emblemático Teatro Colón.
Es cierto que existieron grandes nombres en la historia de la música, biógrafos europeos muy importantes, pero en América Latina son muy pocos los que se han dedicado a estudiar los grandes períodos musicales y a todos sus personajes.
Su aporte a la música, especialmente a la ópera, la dejó registrada cada semana en su columna editorial del diario bonaerense y sus investigaciones, tesis y ensayos en varias publicaciones:
'Alberto Ginastera' (1967), 'La Música en el ideario de Sarmiento' (1970), 'La música en revistas argentinas' (1970), 'Ginastera en cinco movimientos' (1972), 'Breve Historia de la Música' (1994), 'Ginastera, veinte años después' (2003), 'Historia de la música' (2004), 'Teoría y praxis de la música' (2006), 'La ópera, 400 años de magia' (2010) y 'Escribir sobre música' (2012). Fuente: Universidad Nacional de las Artes, Argentina.
La Nación publicó un extracto de 'La ópera, 400 años de magia': "Desde hace cuatro siglos el mundo se conmueve viendo en un escenario cómo las pasiones humanas, la alegría, el llanto, la vida y la muerte se expresan a través del canto. Es su lenguaje y ahí está su esencia; cualquier ataque a la ópera como género artístico, carece de fundamento".
Nacida en 1931 en Santiago del Estero, la primera ciudad argentina fundada por los españoles, Pola Suárez fue miembro de número de la prestigiosa Academia Nacional de Bellas Artes de Argentina. Con su muerte se apaga la principal fuente y referente serio de información musical.
Ideas puntuales de Pola Suárez acerca de algunos de los más importantes compositores. Fuente: Historia de la Música, editorial Claridad.
- Bach y Händel realizan, cada uno en sus respectivos ámbitos, la más extraordinaria síntesis del barroco, al cual llevan a una plenitud imposible de ser superada.
- Proporciones y dimensiones de la orquesta sinfónica variarán grandemente de Haydn y Mozart a Mahler y Richard Strauss, pero no se modifica la orquesta en su estructura.
- A través de sus 104 sinfonías, la historia asigna a Haydn la paternidad del género.
- A despecho de haber compuesto solo una ópera, el genio de Beethoven se explaya fundamentalmente en el terreno de la música instrumental.
- Beethoven señala la culminación del período clásico y al mismo tiempo anticipa conquistas fundamentales del lenguaje del romanticismo.
- Júpiter (Sinfonía 41) es una obra capaz de ubicarse más allá y por encima de todas las cimas alcanzadas hasta entonces por el propio Mozart en el terreno sinfónico.
- En el ámbito de la sonata (escribió 23, algunas quedaron inconclusas), Schubert fue el más importante entre los contemporáneos de Beethoven.
- La música para piano de Schumann es romanticismo al rojo vivo.
- La obra de Chopin muestra a un músico hostil a las efusiones descontroladas y a toda música con intención literaria o programática.
- Liszt dominaba a sus oyentes no solo con su virtuosismo, también con una nobleza temperamental y expresiva inconfundibles.
- Brahms, pianista desde la niñez, el instrumento queda indisolublemente ligado a su existencia.
- Frente a Mendelssohn y Schumann se ubica el sinfonismo volcánico de Berlioz.
- La tetralogía (El anillo del Nibelungo) conduce a Wagner a ampliar y agrandar las sonoridades orquestales.