Contrapunto
Música de cámara con tango incluido, una grata sorpresa
Periodista y melómano. Ha sido corresponsal internacional, editor de información y editor general de medios de comunicación escritos en Ecuador.
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Si un repertorio musical incluye una sonata de Beethoven, por ejemplo ‘La Primavera’, el éxito está garantizado y si además se estrenan dos tangos la curiosidad se despierta de inmediato, tal como ocurrió el jueves 13 de junio de 2024 en la Casa de la Música.
No llama la atención que esa idea saliera de la mente creadora de Amparo Menéndez-Carrión, pianista consagrada internacionalmente, y del virtuoso violinista Santy Abril, un cuencano que estudió en España y que a sus 33 años es nada menos que el concertino de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Con solo leer el programa de mano escrito por la pianista, que no es solo una reseña de lo que se va a tocar, sino la historia de la obra y del compositor que será interpretado, ya se genera la expectativa, solo había que esperar que los músicos suban al escenario para verificar si lo que se promocionaba se cumplía.
En una noche fría de un verano que aún se resiste a consolidarse, la interpretación de las obras superó las expectativas del público que asistió a la Casa de la Música, especialmente porque en la gran sorpresa de la noche, Amparo -una gran admiradora de las hermanas Nadia y Lili Boulanger y de la música francesa- decidió cerrar el programa con una obra conmovedora de Poulenc.
En la primera parte del programa tocaron la ‘Sonata número 12 en mi mayor para violín y piano’ de Giovanni Battista Pergolesi (1710-1736), un músico del barroco italiano que vivió apenas 26 años y a pesar de eso su música es recordada en todo el mundo.
Podría decirse que fue uno de los precursores de la ópera bufa napolitana tras el debilitamiento del racionalismo francés y que su obra cumbre fue ‘La serva padrona’; y su Stabat Mater.
En la presentación del programa Menéndez-Carrión explicaba que en el repertorio, el violín y el piano “desarrollan una conversación” en la que los dos instrumentos participan por igual.
“El diálogo toma la forma de un juego entre los dos instrumentos”; en otros momentos, la conversación adquiere ribetes más dramáticos, piano y violín procuran consolarse el uno al otro, explicaba la pianista.
Hay una obra de Beethoven, el Triple Concierto en do mayor, opus 56, en el que dialogan tres instrumentos: el piano, el violín y el violonchelo. Esa misma idea se advierte de manera excepcional en el 'Doble concierto para violín y violonchelo' en la menor, opus 102 de Johannes Brahms.
Al contrario de la mayoría de las sonatas, ‘La primavera’, que es la quinta entre las 10 creadas por Beethoven para dos instrumentos, tiene cuatro movimientos. Después de esa interpretación se pasó al intervalo para luego presenciar lo que sería la mayor sorpresa de la noche, los tangos de Fritz Kreisler (1875-1962) y de Ryuichi Sakamoto (1951-2023).
El seductor Tango (Albeniz/Kreisler), de 1927, tal como lo explica Menéndez-Carrión, permitió a Kreisler transformar radicalmente la manera de ejecutar el instrumento, “no tanto por su técnica sino por la sensualidad de su impresionante vibrato”.
Nacido en Viena en 1875 “con violín en mano desde los cuatro años”, entre otros maestros de la música estudió con Anton Bruckner (1824-1896), que según mi criterio fue el mayor sinfonista del siglo XIX, que en gran medida influyó en la obra de Mahler que venía a continuación y ya anunciaba el ocaso del romanticismo.
El tango como género musical trasciende el Río de la Plata y, a criterio de Amparo, la obra de Kreisler no es un arreglo para tango, sino una obra con temperamento, color y textura propio. El violín tiene la palabra de principio a fin, mientras que el piano acompaña a modo de cómplice y al ritmo del tango.
Hasta que llegamos a Ryuichi Sakamoto (1951-2023), en lo personal un nombre absolutamente nuevo. En efecto, se lo conoce poco en América Latina, pese a que su música está presente en las bandas sonoras de muchas películas y fue un creador perseverante de música étnica y electrónica, que incluso fusionó con la bossa nova y especialmente con el tango.
Conocido por lo que se ha llegado a denominar el “sonido Sakamoto”, el japonés compuso la música para la famosa película ‘Tacones lejanos’ de Pedro Almodóvar y de algunos filmes de Bernardo Bertolucci, se lee en el programa escrito por Menéndez-Carrión.
El tango estrenado en la Casa de la Música tiene un especial significado para la pianista porque el músico japonés le obsequió personalmente la partitura para que lo arregle en la versión violín y piano.
Mi impresión, que luego compartí con la pianista, es que el tango de Kreisler tiene aires arrabaleros, en tanto que el de Sakamoto es de una estructura mucho más compleja y delicada, que permite recordar a Piazzolla
Se apagaron los tangos, pero aún faltaba el cierre de este excepcional e inédito programa musical: ‘Sonata para violín y piano’ FP119 de Francis Poulenc (1899-1963), creada durante la ocupación nazi de Francia y en homenaje al poeta español Federico García Lorca, fusilado por los fascistas en 1936.
Considerado como el maestro del sarcasmo y del sentimiento musical, Poulenc fue integrante de ‘Le groupe des six’ con Darius Milhaud, Germaine Tailleferre, Arthur Honegger, Georges Auric y Louis Durey.
Como se había anticipado, al final del programa no estaba la obra más conocida -La primavera- sino la más espectacular, la más dramática, que concluye con un diálogo tormentoso entre el violín y los fortissimos del piano que luego desataron la ovación de los asistentes.
Gran protagonismo y virtuosismo de Santy Abril con su violín pese a que competía en intensidad nada menos que con un piano Steinway & Sons. “Estar en el escenario junto a Amparo es increíble, ella entiende profundamente el sentido de cada obra, de cada compositor”, dijo a PRIMICIAS el músico cuencano.
“Es muy difícil compaginar en un dúo y llegar a las mismas emociones de cada obra y llegar al escenario con un repertorio tan fuerte, tan variado, fue como sumergirse en un mar de emociones, fue un verdadero deleite”, a criterio de Abril.
Cada composición -concluye- es muy compleja y anticipa que ya se está pensando llevar nuevas obras al escenario, donde seguramente estará la otra gran sonata de Beethoven: la 9, Kreutzer y probablemente algo de Stravinski, pero Santy Abril prefiere no anunciar nada aún hasta que la idea esté más elaborada.