El Implacable VAR
Messi derrotó a Cristiano Ronaldo y al fantasma de Diego
Periodista, comunicador, escritor y docente. Comenta y escribe de fútbol desde hace 25 años.
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El título mundial le permite a Lionel Messi marcar distancia frente a Cristiano Ronaldo y a Diego Maradona, sus dos némesis más importantes.
Pelé dijo alguna vez que el verdadero regalo de la victoria no son ni la Copa ni el dinero, sino el alivio.
La gesta de Messi en el Mundial de Qatar 2022 le otorgará la paz que solo se obtiene del triunfo total, porque hubo muchos triunfos en uno solo.
Se acabó el mano a mano
Lionel Messi y el portugués Cristiano Ronaldo sostuvieron una de las rivalidades más intensas del fútbol y del deporte en general.
Su confrontación deportiva se desarrolló al calor del hipercomercialismo del fútbol del siglo XXI y mantuvo a los hinchas pendientes del contador de premios: Balones de Oro, ligas nacionales, Champions, Mundiales de Cubes, torneos con sus respectivas selecciones, venta de camisetas, apariciones en comerciales... ¡Uf!
Besar la Copa del Mundo, como lo hizo Messi en Qatar, zanja el debate sobre cuál de los dos llegó más lejos.
El fantasma de Diego
Messi también luchó contra la estela de Maradona. El título ganado en México 1986 era un fardo muy pesado pues, además del trofeo, están los componentes emotivos del triunfo sobre los ingleses, con dos de los goles más famosos de la historia.
Lionel nunca fue Diego en lo político y era demasiado injusto exigírselo. Pero siempre se le cuestionó su incipiente liderazgo en la selección, su 'españolización', y se decía que sin Iniesta o Xavi no podía ganar. Y que, sin Maradona, Argentina nunca sería campeón otra vez.
En estos dos años, Messi logró ser el capitán que Argentina necesitaba y obtuvo tanto la Copa América como el Mundial. Si Maradona fue 'D10S', Lionel fue 'Messías'.
Messi ganó siendo Messi
Lo más significativo es que Messi ganó el Mundial siendo Messi. Nunca se comportó como Diego. Nunca cayó en su lado oscuro. Diego se tatuó al Che. Messi, a Cristo.
Quizás a su pesar, Messi se ha convertido en un referente de los conservadores por su monogamia, su devoción familiar, su disciplina de hierro, su asepsia política y su aversión a la farándula. Pero ahí está su lección más grande: triunfó sin traicionarse.