Efecto Mariposa
Las mujeres podrían ser las perdedoras con las nuevas tecnologías
Profesora e Investigadora del Departamento de Economía Cuantitativa de la Escuela Politécnica Nacional EPN. Doctora en Economía. Investiga sobre temas relacionados con pobreza y desigualdad.
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STEM es un acrónimo que significa Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, y se utiliza para referirse a las carreras relacionadas con esas áreas del conocimiento.
Las carreras STEM se convertirán en los empleos del futuro, y actualmente son las mejor pagadas, pues debido a la Cuarta Revolución Industrial hay una alta demanda de profesionales en áreas como: inteligencia artificial, tratamiento de datos, robótica, nanotecnología, biotecnología, bioinformática, entre otras.
Según la Unesco, en los próximos años el 75% de los trabajos atravesará por grandes transformaciones debido al cambio tecnológico, y tener habilidades STEM será un requisito indispensable para insertarse en el mundo laboral.
De esta forma, los empleos STEM son considerados fundamentales para el desarrollo social y el crecimiento económico, a través de la innovación, pero también son importantes para construir sociedades más equitativas o más desiguales, si hay grupos de personas con poca presencia en las profesiones STEM.
Dentro de los grupos que llaman la atención, por su baja participación en las carreras STEM, aparecen las mujeres, pues a nivel mundial solo el 35% del total de inscritos en programas de estudios en esos campos son mujeres.
De persistir esta brecha de género en estas carreras, las mujeres estarán expuestas a quedar fuera del mercado laboral o a conseguir las peores plazas.
Además, podría haber un retroceso en los procesos de equidad de género en las empresas, por la falta de candidatas aptas para ocupar los puestos de trabajo.
Es decir, las nuevas tecnologías podrían agrandar la desigualdad entre hombres y mujeres.
Según diversos estudios, la brecha de género en las STEM no estaría dada por diferencias en las habilidades de hombres y mujeres, sino que responde al círculo vicioso que se alimenta con mitos sobre la supremacía intelectual de los hombres.
A pesar de la fiebre global de las carreras STEM, en Ecuador no son las favoritas de los universitarios.
Según el reporte más actual de la Senescyt (2019), la distribución de los campos de estudios de los jóvenes ecuatorianos es así:
Analizando las carreras elegidas, por género, se observa que en el país la presencia de mujeres en las carreras STEM es baja y su participación está por debajo de la media mundial, que es de 35%.
Como se muestra en el gráfico 2, por cada 100 hombres matriculados en carreras de tecnologías de la información y la comunicación hay 23 mujeres.
En el área de la ingeniería, industria y construcción hay 27 mujeres por cada 100 hombres; en ciencias naturales, matemáticas y estadística hay 40 mujeres por cada 100 hombres.
Finalmente, en Ecuador, según un estudio de la Universidad Internacional de Valencia, las carreras mejor pagadas pertenecen a las denominadas STEM y son:
- Medicina.
- Las ingenierías química, mecánica, en petróleos, eléctrica y sistemas.
- Matemáticas.
- Ingeniería civil.
Según el centro educativo, estas carreras son las que tienen mayor demanda de profesionales en el país.
Estos dos últimos hechos no son coincidencia, sino que obedecen a la tendencia mundial en términos de salarios y demanda de profesionales en las STEM.
Y evidencian que, debido a las carreras que eligen, las mujeres ecuatorianas tendrán salarios más bajos que los hombres, así como menos oportunidades laborales.
El 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una oportunidad para pensar cómo afrontar los desafíos del cambio tecnológico sin ampliar la brecha de género.
En otras palabras, el 11F es una oportunidad para buscar mecanismos para que las niñas y las adolescentes que están escogiendo una carrera pierdan el miedo a estudiar carreras relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, y así trabajar en la construcción de un Ecuador más inclusivo y equitativo.