Contrapunto
Cinco mujeres, cinco fracasos: la vida sentimental de Beethoven
Periodista y melómano. Ha sido corresponsal internacional, editor de información y editor general de medios de comunicación escritos en Ecuador.
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Las mujeres siempre le parecieron unas criaturas extrañas, a unas las recordaba con cariño, a otras con terror; fueron cinco ilusiones e igual número de frustraciones: una cosa fue el compositor y músico, otra el hombre Ludwig van Beethoven.
En 'Beethoven, la música del silencio', editorial Catalonia 2022, la escritora e investigadora Elizabeth Subercaseaux descubre con bastantes fundamentos históricos las razones por las cuales el genial músico nunca logró una relación estable o duradera con las mujeres.
La autora de 'La pasión de Brahms' y de por lo menos 20 libros y novelas investigó por qué Beethoven nunca pudo consolidar una vida conyugal; una de las razones era que siempre se enamoró de mujeres de la aristocracia, que se deslumbraban solo por sus habilidades compositivas.
Escrito a modo de autobiografía, es decir, en primera persona, el músico alemán llega a despotricar por su condición de plebeyo en una sociedad monárquica, como la austríaca, que era el centro de la música, donde brillaron Haydn, Schubert, Mozart, Brahms y el mismo Beethoven.
"Las mujeres siempre me parecieron unas criaturas extrañas, difíciles de aprehender, a unas las recuerdo con cariño, a otras con franco terror", dijo y aquí están algunas de ellas:
- Magdalena Willmann:
"Ocupa en mi memoria un compartimento que no me gusta abrir y, sin embargo, retorna una y otra vez, es una sombra que angustia mi pensamiento".
Era "bella, talentosa y experta" -continúa el relato- "la admiraba, ella también me admiraba, tocábamos el piano a cuatro manos y nos coordinábamos perfectamente bien".
Y luego reconoce que "Magdalena había despertado a la bestia que hay en mí. Había remecido mi fortaleza espiritual, mi valor moral para resistir las tentaciones de la carne; tenía hambre de toda ella, de sus piernas, de su vientre, de su aliento".
Beethoven llegó a creer que "esta diosa con voz de ángel se había enamorado no solamente del pianista de la corte, sino de mí". Estaba equivocado, lo comprobó cuando pretendió obsequiarle un anillo junto con el pedido de matrimonio, pero fue rechazado.
- Josephine Brunsvik:
Con Josephine o Josefina la historia no fue tan diferente. Aunque no lo menciona la autora, lo que ocurrió en esta relación quedó registrado en la famosa Carta a la amada inmortal, descubierta después de la muerte de Beethoven.
En Viena, Beethoven había adquirido reputación como músico virtuoso, no solo de la corte y los salones, sino en los conciertos de beneficencia. Pero se sentía solo, ya reconocía que su fortaleza era la composición y no la conquista de una mujer.
"Josefina apareció en mi vida en el momento en el que no esperaba nada que aliviase mi soledad (…) ella era lo más hermoso que había visto". Se ha dicho también que Josephine fue la inspiración de Beethoven de su famosa obra pianística 'Para Elisa'.
Fue tanta la pasión por Josefina que mientras le enseñaba a tocar el piano comenzó a anotar sus primeras ideas para la tan aclamada Novena Sinfonía op. 125.
Pero nuevamente el rechazo y el recuerdo de lo que alguna vez le dijo su madre: "solamente las clases bajas pueden darse el lujo de casarse por amor, nosotros no tenemos esa opción".
- Julieta o Giulietta Giucciardi:
Como en ocasiones anteriores, el amor entre el maestro y la alumna no tardó en llegar y Beethoven otra vez creyó que sería el último y todo terminaría con un feliz casamiento; otro error, Julieta se casaría con el conde Gallenberg.
Su amiga, la pianista y compositora Nannette Streicher se encargaría de recordarle que "usted Ludwig se empeña en buscar mujer en la nobleza y no busca una mujer tierna y modesta de su misma clase". En todo caso, de esa relación nació la famosa sonata para piano 'Claro de Luna'.
- Anna Louise Babette:
"Ella suspiraba con mis composiciones y hasta sufrió una fatiga cuando le dediqué mi opus 7 (sonata para piano número 4). Miradas lánguidas, su aliento en mi oreja", pero nuevamente se trataba del compositor; a la vuelta de un verano se casó con el príncipe Odescalchi.
- Bettina Brentano:
"En algún momento me sentí enamorado de Bettina, pero sin ninguna posibilidad de decírselo ni de dárselo a entender", pues estaba casada con el poeta Achim von Arnin.
Ella "tenía 25 años, era escritora, editora, compositora, cantante, ilustradora y activista social. Y en ese momento (el poeta) Goethe se encontraba al centro de su vida, eran íntimos amigos, a diario se comunicaban por cartas".
Como se sabe, Beethoven murió a los 56 años, completamente sordo, nunca se casó, adoptó como hijo a un sobrino con quien mantuvo siempre una relación de extrema tensión.